El Rayo y el Cádiz se ahogan en la Liga (1-1)

En medio de una tormenta que pasó de lluvia a granizo, deteniendo el encuentro y volviendo el Estadio de Vallecas casi impracticable, el Rayo Vallecano se sumergió en problemas que dejó escapar en el tiempo añadido gracias a un regalo de Ledesma, con un grave error defensivo que aprovechó Javi Hernández para esquivar la derrota de un Cádiz que no sabe ganar.

Las razones por las que el Rayo y el Cádiz llegaron al encuentro en una posición de necesidad como los dos equipos con menos puntuación de la segunda vuelta fueron evidentes. El equipo de la franja había olvidado cómo ganar, con una única victoria en 17 jornadas que cambió el rumbo de su temporada, acercándose a la peor de sus dinámicas en Primera. Incluso un milagro llovido del cielo en forma de regalo de Ledesma no cambió su dinámica.

El escenario era aún peor para el Cádiz, para quienes los partidos se han convertido en finales y los empates ya no son suficientes después de 23 jornadas sin ganar. Esta racha ha alimentado inseguridades y falta de confianza, especialmente entre sus delanteros en los momentos de superioridad.

En un intento de recuperar el ‘sello Iraola‘ perdido en unos meses, el Rayo recurrió a su ayudante Íñigo Pérez. Necesita tiempo para crear identidad. Las esperanzas para su estreno ante el Real Madrid se desvanecieron con la dura derrota en Girona y las malas sensaciones que dejó en Vallecas. Sin un patrón de juego definido, a menudo a expensas del rival y esperanzado de sacar algo positivo en arranques individuales, el Rayo estuvo cerca de un triunfo que no merecía.

El partido comenzó con un regalo de Rubén Alcaraz, que armó un contragolpe en superioridad del Rayo con un mal pase atrás. A Trejo, novedad con Isi en el once rayista, le faltó convicción para cerrar la acción. El Cádiz estaba mejor posicionado, con Kouamé vencedor en el centro del campo de duelos, pero castigado por la falta de gol de Maxi Gómez.

Gómez quedó en evidencia a los nueve minutos cuando, encontrándose solo y ligeramente escorado con opción de definir, optó por el pase atrás que interceptó la defensa. Era la primera de esas ocasiones que un equipo en descenso no debe perdonar.

Sobrino encontró en su banda una zona que atacar y Navarro remató cruzado su mejor centro. Javi Hernández probó desde la frontal la seguridad de Dimitrievski, que despertó a sus compañeros. Lo hicieron con un zurdazo potente de Isi que detuvo en dos tiempos, con serias dificultades, Ledesma. Pero no hubo continuidad rayista.

El partido se llenó de imprecisiones, de baja calidad y mucha lucha. Maxi tuvo la oportunidad de redimirse, pero acarició el poste con un buen disparo, y remató de cabeza un córner encontrándose con la buena respuesta de Dimitrievski. Una vez más, el Cádiz no supo sacar ventaja de sus buenos momentos y se arrepentiría posteriormente.

El segundo tiempo comenzó con Dimitrievski volando para sacar arriba el testarazo de Sobrino. Al Rayo le faltaban ideas ofensivas. Intentaba tirar de orgullo para llegar a impulsos. De la nada apareció Raúl de Tomás para probar con su disparo cruzado a Ledesma. Ya llovía en Vallecas con fuerza. Fue aumentando hasta tal punto que el agua pasó a ser granizo y dificultó el juego.

Se reanudó con el terreno de juego casi impracticable. El balón parado se perfilaba decisivo y así avisó Lejuene tras un saque de esquina, con rápida reacción de Ledesma. Pero a los 89 minutos con el centro con rosca de Isi desde el córner, llegó el error grosero del portero del Cádiz. Su mala salida, el mal despeje, cayó muerto a Lejuene, libre de marca en el segundo palo, para adelantar al Rayo.

El golpe no hundió al Cádiz. Como ocurrió en la pasada jornada cuando vio todo perdido, se volcó, no bajó los brazos y llegó a acariciar la remontada. A los 103 minutos del largo añadido por los doce minutos que estuvo detenido el encuentro, un error de posicionamiento defensivo rayista lo aprovechó Javi Hernández para encontrar un espacio donde hacer bueno el servicio de Chust con un zurdazo cruzado que evitó la derrota de un equipo que ve aumentada a cinco puntos la distancia para la permanencia.