Archivo - El presidente ejecutivo de Puig, Marc Puig

En una muestra de confianza contundente en los mercados de valores, el grupo Puig ha logrado cubrir en cuestión de minutos la captación de inversores cualificados para colocar acciones B de nueva emisión por unos 1.250 millones de euros, una etapa previa a la esperada salida a la bolsa el próximo 3 de mayo. La empresa española, conocida por su gran presencia en los sectores de moda, fragancias y cosmética, anticipa un reparto de dividendos de alrededor del 40% del beneficio.

Este pronóstico se encuentra detallado en el folleto remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en el que se estima una valoración de la compañía de hasta 13.900 millones de euros. El rango de valoración va de los 22,00 a los 24,50 euros por título, tanto para las acciones nuevas, la ‘B’, con un derecho de voto por título; como las que venderá la matriz del grupo, las ‘A’, con cinco derechos por título.

Una de las entidades que ha participado en este proceso de captación es el brazo inversor de la Fundación La Caixa, Criteria, que espera hacerse con una «participación relevante» en el grupo Puig. Cabe señalar que este proceso de captación se cierra el próximo día 30, pero ya cuenta con sobredemanda, un indicativo del interés que ha generado el grupo Puig entre los inversores cualificados.

Aunque la política de dividendos post-IPO aún no ha sido aprobada por el consejo de administración, la empresa espera mantener el ‘pay-out’ (proporción de las ganancias que se destina al reparto de dividendos) en 2025 con los resultados de 2024 «de aproximadamente el 40% en línea con la práctica histórica». De hecho, la empresa distribuyó 160 millones de euros entre las cuatro ramas propietarias por los resultados de 2023 y 110 millones por los de 2022.

Puig cerró su último ejercicio fuera del mercado de renta variable, el de 2023, con unas ventas por valor de 4.300 millones de euros y un beneficio neto de 465 millones de euros, lo que supuso crecimientos del 19% y del 16%, respectivamente, en relación con los volúmenes del año pasado.

El grupo, presidido por Marc Puig, destaca que el importe y la política de dividendos estará sujeta a numerosos factores, que van de la decisión de distribución de beneficios y reservas que se pueda tomar y los planes de inversión, ingresos, nivel de rentabilidad, la generación de caja hasta las limitaciones que puedan imponerse o existir a nivel legal.

Además de la colocación entre inversores cualificados, la propiedad, a través Puig SL, controlada por Exea Empresarial en la que está la familia propietaria, venderá una parte de su capital, con lo que espera ingresar unos 1.360 millones.

Los expertos apuntan los aspectos que hacen de Puig una inversión atractiva: está muy internacionalizado, lo que diversifica los riesgos geográficos; y opera en un sector «que se asimila al lujo» y que arroja unos márgenes muy elevados.

El grupo utilizará los fondos captados en la operación «para fines corporativos generales, como la refinanciación de las adquisiciones adicionales de Byredo y Charlotte Tilbury y la financiación de cualquier inversión estratégica futura y gastos de capital».

Puig, fundada en 1914 tiene su sede en L’Hospitalet de Llobregat, donde cuenta con dos edificios corporativos, uno de ellos inaugurado recientemente, opera en 32 países con 17 marcas, entre las que destacan, en términos de ingresos, Rabanne, Charlotte Tilbury y Carolina Herrera.

Por Daniel