El reciente terremoto accionarial en Telefónica, impulsado por la entrada de Arabia Saudí y del Estado español como nuevos accionistas de referencia, ha sido uno de los puntos destacados en las palabras del presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, durante una de las juntas de accionistas más relevantes desde que asumiera la presidencia hace ocho años.
En su discurso, Álvarez-Pallete optó por transmitir un mensaje de tranquilidad y dar la bienvenida a los nuevos socios. “Entendemos el interés que Telefónica suscita en la comunidad inversora, entendemos a todas las partes que quieren estar en Telefónica porque Telefónica es parte del futuro, un futuro por el que ha apostado. Damos la bienvenida a los que han decidido participar en este futuro”, declaró el presidente. Álvarez-Pallete también expresó su convicción de que los nuevos accionistas contribuyen a la estabilidad accionarial y reflejan la confianza en la estrategia a largo plazo de la compañía.
La junta de accionistas de 2024, el año en que el grupo celebra su centenario, se ha convertido en el debut para los nuevos accionistas estatales de Telefónica. Arabia Saudí desveló a principios de septiembre su irrupción en el capital de la teleco. Saudí Telecom (STC), controlada por uno de los fondos soberanos del Estado árabe, anunció un plan para alcanzar una participación del 9,9% en la compañía, que debe contar con la autorización del Gobierno español debido a la vinculación de Telefónica con la defensa y la seguridad nacional.
En respuesta al movimiento saudí, el Gobierno de Pedro Sánchez se ha movilizado para blindar la españolidad y la autonomía de Telefónica por su carácter estratégico. El Gobierno español ahora se ha convertido en un nuevo accionista relevante, retornando al accionariado del Estado un cuarto de siglo después de su privatización total. El Gobierno ha reconocido contar ya con un paquete del 3% en la teleco y su objetivo es alcanzar una participación del 10% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
A todo esto, se suma la reorganización de la participación en Telefónica por parte de La Caixa, que ha pasado a ostentar de facto el papel de mayor accionista tras elevar su posición en la compañía hasta el 5% y contar también con otro paquete del 2,5% en manos de CaixaBank. Estos movimientos anticipan la formación de un nuevo núcleo estable de socios españoles para blindar el control del grupo frente a los intereses de Riad, integrado por el Estado, por CriteriaCaixa y también por BBVA (con un 4,87% del capital).
El terremoto accionarial también provocará cambios futuros en el consejo de administración de la compañía. SEPI ya ha confirmado su intención de pedir su entrada en el consejo al menos con un asiento, y es probable que la saudí STC también acabe reclamando un sillón en el órgano de gobierno de la teleco.
Antes de la entrada de los nuevos accionistas, Pallete ya ha activado la renovación de su consejo de administración. La junta de Telefónica ha aprobado la renovación de Isidro Fainé como consejero dominical en representación ahora de CriteriaCaixa, así como la ratificación del nombramiento de dos nuevos consejeros independientes y la renovación de otros cuatro miembros independientes más.
Para cuando SEPI reveló su participación en Telefónica, ya había expirado el plazo para pedir cambios en el orden del día de la junta de accionistas. Si el Estado español quiere hacer valer cuanto antes su paquete accionarial en el grupo y pedir la entrada en el grupo como ha confirmado, el 3% actual le da derecho a solicitar la convocatoria de una junta extraordinaria de accionistas.
Desde Telefónica se ha confirmado que, en cualquier caso, se blindará la mayoría de consejeros independientes en representación de la mayoría de accionistas minoritarios: actualmente los independientes ocupan 10 de los 15 asientos del órgano de gobierno. La entrada de SEPI y/o de STC en el consejo previsiblemente implicará la salida de dos de los miembros actuales para no tener que ampliar el número máximo de consejeros de la compañía.
Durante su intervención, Pallete reivindicó la labor de Telefónica durante estos 100 años y defendió el papel clave que seguirá jugando en el futuro en los campos de la inteligencia artificial, la web 3, las redes de última generación y afrontando los retos sociales y económicos que conlleva la nueva era de la digitalización.
Refiriéndose a los 100 años de historia de la compañía, Álvarez-Pallete declaró: “Una compañía no cumple 100 años si no sirve un propósito, si no se reinventa cada vez que es necesario”. Expresó su compromiso de seguir construyendo una Telefónica de la que se pueda sentir orgullo mirando hacia atrás, dentro de 100 años.
Además, Pallete destacó la importancia de Telefónica en un mundo donde la geopolítica, la desinformación, la desigualdad y la polarización añaden incertidumbre e inquietud. El presidente de la teleco también reclamó una nueva regulación propia del siglo XXI para competir con las grandes tecnológicas y evitar el «uso abusivo» que hacen las ‘big tech’ de las redes de las telecos y el consumo irresponsable de energía o de agua en sus operaciones.