La agencia de calificación Moody’s hizo publicas sus perspectivas para la solvencia soberana en la región del euro en 2023, que lanza una visión negativa, puesto que cree que «la crisis energética, el incremento de las clases de interés y la debilidad de la demanda externa desencadenarán una suave recesión«.
Para el presente año, resaltan los investigadores de Moody’s, las medidas de acompañamiento público contendrán los efectos sociales de la crisis energética, si bien asimismo van a tener un efecto en la consolidación fiscal producida tras la pandemia. Como producto de este desarrollo, la deuda se sostendrá sobre los escenarios anteriores a la irrupción del Covid-19, más allá de que un viable incremento del PIB nominal logre conducir a una disminución moderada de su carga.
«Además de esto, si se materializa, la estanflación podría tener graves secuelas crediticias para muchos soberanos del sur de Europa. A mucho más largo período, los altos costos de la energía asimismo podrían debilitar la competitividad de los costos de la zona y conducir a un ocaso estructural de sus bases industriales en la sepa de una acción del gobierno eficaz», añaden.
Según su pronóstico, el peligro de estanflación en la región euro es «importante», al paso que la llegada de la recisión se da por segura para el 60% de los soberanos. Además de esto, auguran unas contracciones económicas en Alemania, Italia y Eslovaquia que empujarán los escenarios del PIB bajo los registros anteriores a la pandemia. En la situacion de España, la predicción es de un desarrollo del 0,9%, que «no va a ser bastante para devolver su economía a los escenarios anteriores a la pandemia».
También, estiman que «los desafíos del Banco Central Europeo (BCE) de cara al control de la inflación incrementan el peligro de estanflación«, y sobre la eficiencia de estas medidas, ven una inflación que se moderará al 6,4% en el año.
«Cualquier endurecimiento de la política monetaria asimismo debe compensarse con los efectos sobre los gastos de endeudamiento soberano. No obstante, una contestación lenta con relación a la Reserva Federal particularmente podría ofrecer sitio a una exclusiva depreciación del euro en oposición al dólar estadounidense, lo que avivaría aún mucho más las presiones inflacionarias», valoran.
CAÍDA DE LOS INGRESOS DISPONIBLES
Los capital libres «reducirán sensiblemente y pesarán sobre el consumo privado«, puesto que «no es muy probable que el desarrollo de los sueldos nominales logre sostener el ritmo». «No obstante, la escasez de mano de obra y las crecientes presiones demográficas contendrán cualquier incremento importante del desempleo conforme las compañías procuren retener a sus trabajadores cualificados«, resaltan.
La seguridad de los usuarios, y asimismo de las compañías, se va a ver perjudicada por el miedo a un racionamiento de energía, si bien desde Moody’s estiman que esta dosificación obligada se debería eludir gracias los sacrificios de abastecimiento, a la obtención de suministro de gas natural de otros países, a la administración de la demanda y a un invierno que es despacio hasta el día de hoy.
La nota negativa es que «las condiciones de suministro proseguirán tensas pues la zona es un importador neto de energía y la infraestructura que existe está orientada al abastecimiento gas de Rusia».
La enclenque demanda de los primordiales asociados comerciales (singularmente en USA, Reino Unido, china y Polonia) y los altos costes de la energía pesarán sobre las exportaciones para una zona donde el comercio en todo el mundo representa cerca del 30% del PIB. El pronóstico mucho más esperanzador es que «las interrupciones de la cadena de suministro global seguirán reduciendo desde los picos de objetivos de 2021».
Entre las ocupaciones económicas que mucho más se puede resentir a lo largo del año es el turismo, cuya restauración tras la caída causada por la pandemia «probablemente haya alcanzado su punto máximo, con mayores gastos de viaje y una caída en el poder de compra en los países de origen clave«, lo que producirá retos auxiliares para los países mucho más dependientes del turismo, como Croacia, Grecia o Portugal.
La contracción económica en la eurozona puede verse suavizada por la inversión relacionada en el fondo de restauración pospandemia, como las subvenciones libres bajo el Fondo de Restauración y Resiliencia, si bien «los cuellos de botella, tal como la escasez de mano de obra y material y los largos métodos burocráticos, muestran esenciales peligros de implementación».