Logo de Apple, en una fachada.

En medio de la celebración del congreso de móviles en Barcelona, una noticia ajena al MWC sacudió los cimientos de la industria automotriz y tecnológica. Apple, que había sido notablemente ausente en el congreso, anunció su decisión de cancelar el proyecto de coche eléctrico que había estado desarrollando durante la última década. Esta decisión añade más incertidumbre a una revolución industrial que prometía un futuro de vehículos autónomos y la erradicación de accidentes de tráfico.

La noticia, revelada por el ‘Financial Times’ y confirmada por Reuters, señala que Apple considera que las perspectivas de rentabilidad para la fabricación de coches eléctricos autopilotados son mucho menores a lo esperado. Esta decisión ha animado a las firmas asiáticas y ha socavado la seguridad de muchos consejos de administración de empresas del sector automotriz.

Apple, el diseñador del iPhone que se fabrica en China, reconoció la pujanza de la industria china y decidió abandonar la carrera de vehículos eléctricos. En los últimos meses, otros gigantes de la industria, como Ford y General Motors, también han interrumpido sus planes de expandir su capacidad de fabricación de vehículos eléctricos.

El proyecto de coche eléctrico de Apple había experimentado un progreso desigual a lo largo de su vida. Con la demanda de vehículos eléctricos cayendo significativamente, los fabricantes de automóviles mundiales han recortado sus inversiones en esta área. Los empleados que trabajaban en el proyecto serán trasladados a la división de inteligencia artificial (IA) de la compañía, según Bloomberg News.

La cancelación del proyecto se produce después de que Apple invirtiera casi 30.000 millones de dólares en él el año pasado. Sin embargo, la falta de resultados ha obligado a la empresa a abandonar la iniciativa.

«Bajo esta luz, Apple se centrará más en IA, lo que debería dar a los inversores más optimismo sobre los esfuerzos de la compañía y su capacidad para competir en el ámbito de plataforma en IA», dijo Ben Bajarin, director ejecutivo de la consultora Creative Strategies.

A diferencia de otros gigantes tecnológicos como Alphabet y Microsoft, Apple ha sido más prudente a la hora de hablar de IA. La empresa prefiere abandonar proyectos que asumir más riesgos de los necesarios. A pesar de no ser un líder en el campo de la IA, Apple ha logrado mantener a su iPhone como líder de los móviles, abriendo nuevas percepciones de precio entre los consumidores y estableciendo nuevos posicionamientos comerciales y niveles de rentabilidad.

El mes pasado, Microsoft superó a Apple como la empresa más valiosa del mundo mientras el fabricante del iPhone lidia con la debilidad de la demanda de sus productos clave, especialmente en su principal mercado, China.

Mientras tanto, las altas tasas de interés han provocado una desaceleración en la demanda de vehículos eléctricos, generalmente más caros, lo que ha llevado a la industria a eliminar empleos y reducir la producción. Varios fabricantes de automóviles importantes, incluido Tesla, han decidido retirar sus inversiones, y algunos planes están cambiando para centrarse en los vehículos híbridos en lugar de los totalmente propulsados por baterías.

Hace una década, Apple inició el ‘Proyecto Titán’, su esfuerzo automovilístico para el coche eléctrico autopilotado. Sin embargo, el proyecto ha tenido un progreso accidentado y se ha ido abaratando poco a poco hasta casi convertirse en un coche eléctrico convencional.

A pesar de la cancelación del proyecto, Apple sigue siendo una empresa disruptiva y experta en rentabilizar sus productos por encima de la media del mercado. Sin embargo, la empresa se enfrenta a la presión de cumplir con las expectativas y deslumbrar en los mercados de renta variable, y para ello debe mantener su carácter disruptivo.

Por Daniel