la «sencilla» ayuda para salvar la vida a la infancia de los países más «frágiles»

Esenciales básicos: Jabón y letrinas pueden salvar vidas en Guinea Bissau

Son objetos comunes, pequeños, que a menudo pasan desapercibidos en el mundo desarrollado. Pero en lugares menos afortunados, estos elementos esenciales como el jabón, las letrinas, las pastillas potabilizadoras, las sales de rehidratación y los bidones para transportar agua pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Esta es la premisa del programa de cooperación al desarrollo que la Junta de Castilla y León y Unicef están llevando a cabo en dos regiones de Guinea Bissau, donde tres de cada diez niños sufren de desnutrición crónica, impidiendo su desarrollo físico y cognitivo saludable.

El proyecto titulado ‘Wash and Nutrition’ se puso en marcha el año pasado en Guinea Bissau, descrito como «uno de los países más pobres y frágiles». Con una contribución de 350.000 euros de las arcas regionales, el proyecto se mantendrá durante 2024. El enfoque es multisectorial, centrado en garantizar la salubridad de los entornos en los que viven los más de 6.000 niños y niñas en las regiones de Oio y Gabu. Además, se busca prevenir, detectar y abordar los casos de desnutrición, que en estas dos regiones causan la muerte de al menos el cinco por ciento de los menores antes de cumplir los cinco años.

Garantizar un agua y saneamiento adecuados

En estas regiones, casi la mitad de los hogares acceden al agua a través de puntos en mal estado y solo un cinco por ciento tienen acceso a sistemas de saneamiento básico. Parte del proyecto está dedicada a garantizar de manera integral condiciones óptimas. Para ello, se ha actuado en ocho centros de tratamiento nutricional, doce escuelas y ochenta comunidades.

En algunas zonas, las pastillas potabilizadoras han sido suficientes para asegurar agua segura. En otras, se ha requerido la construcción de puntos de acceso a agua o de baños. En estas regiones, es común que los residentes, tanto niños como adultos, hagan sus necesidades al aire libre, incluso los centros de salud carecen de instalaciones sanitarias adecuadas.

Para enfrentar este desafío se han instalado letrinas en seco, que aunque no están conectadas a una red, ayudan a mantener un cierto nivel de higiene. El agua contaminada y los baños improvisados son focos de enfermedades gastrointestinales que pueden provocar desnutrición severa en los niños. Este proyecto se complementa con formación en buenas prácticas de higiene, que incluyen la distribución de jabón y la concienciación sobre su importancia.

En los casos en que no se ha podido prevenir la enfermedad, el programa proporciona a los centros de salud locales soluciones para revertir el problema. En situaciones de episodios agudos de diarrea, simples sales de rehidratación pueden detener la enfermedad y evitar la muerte.

Además de enfermedades por contaminación o infección, los niños se enfrentan a la escasez en un país que se encuentra en el puesto 178 de los 189 en el índice de desarrollo y donde un 67% de la población sobrevive con menos de dos dólares al día. El 50% de las muertes infantiles se deben a la desnutrición. El proyecto ha capacitado a los profesionales de la salud para prevenir, detectar y atender a los niños en esta situación. Basculas, pulseras ‘muac’ que alertan sobre la malnutrición y un preparado alimenticio que actúa como tratamiento de choque complementan esta importante labor.