La IA también redefine la formación de posgrado

La inteligencia artificial revoluciona la educación superior y redefine el futuro en España

La inteligencia artificial (IA) está cambiando el rostro de muchas facetas de nuestra sociedad, presentando tanto ventajas significativas como desafíos complejos. Su potencial puede ser explotado de manera completa y efectiva no solo protegiendo los derechos y el bienestar de los ciudadanos, sino también a través de la colaboración entre gobiernos, empresas, instituciones educativas y la sociedad en general. Estas entidades deben unirse para navegar a través de este nuevo panorama tecnológico de manera ética y responsable.

La revolución de la IA en la educación superior española

La educación superior ya está asumiendo este desafío, transformando sus planes de formación para preparar adecuadamente a los estudiantes para un futuro dominado por la tecnología. En los últimos tres años, se han introducido nuevos grados específicos de IA en varias universidades públicas españolas. La Universidad del País Vasco fue pionera en 2020 al ofrecer un grado de IA en su campus de San Sebastián. Esta iniciativa ha sido seguida por varias universidades en Barcelona, Madrid, A Coruña, Santiago, Vigo y otros lugares, expandiendo de manera continua la oferta educativa. A partir de septiembre, la CUNEF Universidad comenzará a impartir un Doble Grado en Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos, preparando a los jóvenes para un futuro profesional orientado al desarrollo de proyectos de tecnología en equipos multidisciplinares.

El impacto de la IA también se está sintiendo en los planes de estudio de los programas que han definido la historia de CUNEF Universidad, según Victoria López, directora de la Escuela Politécnica Superior de la institución. Se han introducido contenidos en asignaturas que son transversales a toda la oferta académica especializada de CUNEF Universidad, como ‘Búsqueda, Tratamiento y Uso de la Información’, donde se aborda el uso de la IA para una correcta selección y aplicación de los datos publicados por terceros.

En cuanto a los programas de máster, se pueden encontrar varios títulos oficiales en IA, algunos vinculados a la ingeniería, otros al procesamiento del lenguaje y otros a la robótica. También se han proliferado los títulos propios o de formación permanente en IA, tanto por parte de universidades como de escuelas de negocios. Estos cursos, cuyo coste oscila entre los 3.000 y los 10.000 euros, permiten obtener una especialización para acceder a profesiones como analista de datos; data scientist; arquitecto de business intelligence; ingeniero de datos; chief data officer; experto/a en deep learning; ingeniero/a de IA, entre otras.

Impacto creciente de la IA en la educación

El fenómeno de la IA y su irrupción en la educación superior ha motivado a la Fundación Conocimiento y Desarrollo a publicar recientemente una monografía titulada ‘Inteligencia artificial: retos y oportunidades’ que analiza esta nueva realidad. La IA no solo ha hecho posible una gran cantidad de títulos relacionados con ella, sino que esta tecnología también es capaz de mejorar los métodos de enseñanza y potenciar la investigación de forma considerable.

La IA permite detectar las fortalezas y debilidades de cada estudiante para personalizar su avance en el contenido propuesto. Además, los sistemas de reconocimiento de voz pueden ofrecer una ayuda inestimable en el aprendizaje de idiomas, ahorrando rondas de interacciones con los instructores que se limitan a la mera repetición de vocalizaciones, según Pedro Meseguer González, investigador científico en el Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIA)-Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

La gamificación, una estrategia de aprendizaje estrechamente vinculada a la IA, está demostrando ser eficaz para motivar a los jóvenes en la enseñanza virtual, donde la tasa de abandono puede ser alta.

Doble estrategia para la integración de la IA

La Universitat Oberta de Catalunya ha afirmado que su estrategia sobre la integración de la IA une dos escenarios: la experiencia y acompañamiento del estudiante, y su integración en el aula. La IA, respaldada por grandes bases de datos de contratación laboral, permite habilitar mecanismos de diagnóstico automatizados sobre el nivel de ajuste competencial de las titulaciones respecto de las demandas laborales. También están desarrollando un sistema de navegación por el mercado laboral que permitirá a sus estudiantes y graduados mejorar su empleabilidad, así como identificar las competencias complementarias para su progresión.

La IA también facilita un sistema de recomendación de itinerarios automatizado que, basado en la modularización y trazabilidad, se está revelando decisivo para conectar y alargar las trayectorias educativas con coherencia y flexibilidad. Además, han desarrollado un sistema de recomendación de asignaturas de primera matrícula que, atendiendo a las características del estudiante, propone aquella combinación de asignaturas con mayor probabilidad de superación.

Hace más de cinco años que la Universidad Católica de Murcia aplica las nuevas tecnologías a su modelo de enseñanza, contando para ello con un Programa de Transformación Digital. Esta universidad trabaja en diferentes iniciativas que potencian el uso de la inteligencia artificial, como la adquisición de las gafas de Apple ‘Vision Pro’, la creación de la Cátedra en Inteligencia Artificial AI Open Academy y el proyecto de un Aula de Computación Espacial, en fase de construcción, que será un espacio inmersivo para todas las titulaciones.

La IA no solo está ayudando a los estudiantes. El trabajo de los docentes ya se está viendo claramente beneficiado. Por ejemplo, en la enseñanza por proyectos, existen aplicaciones para formar grupos de alumnos de forma que presenten habilidades complementarias. De esta manera, los profesores se pueden concentrar en sus tareas de apoyo a los equipos de estudiantes y en el análisis de resultados. Desde CUNEF Universidad explican que de cara al futuro, estudian la posibilidad de programar asistentes virtuales, bots, o incluso gemelos digitales de los profesores, que ayuden en la resolución de dudas y preguntas de los estudiantes.

Efecto dinamizador de la IA en la educación

Desde el área de Educación de Microsoft España explican que la experiencia docente ya se está viendo mejorada gracias a la IA generativa, por ejemplo a través de las técnicas de procesamiento de lenguaje natural y aprendizaje automático. Estas permiten crear recursos educativos de alta calidad, reducir el tiempo dedicado a la preparación de materiales, facilitar la actualización curricular con los últimos avances científicos y tendencias sociales, aumentar la motivación y el interés de los estudiantes mediante contenido dinámico y personalizado, y promover la inclusión y la diversidad en el ámbito educativo.

Otro ejemplo que también comentan desde Microsoft es el de los asistentes para tutorías y tutores virtuales, que proporcionan a los profesores una transcripción y un resumen de las tutorías en línea, incluso indicando las acciones acordadas. Esto facilita el seguimiento de las tutorías y el progreso de los estudiantes. Además, la aplicación de la IA generativa en tutores virtuales busca mejorar la calidad y personalización de la enseñanza y el aprendizaje. Estos tutores virtuales simulan la interacción humana, proporcionando retroalimentación, orientación y motivación a los estudiantes.

La aplicación de la IA, como en otros muchos campos en los que ha irrumpido, no está exenta del debate ético. En este sentido, Manuel González Bedia, investigador, profesor universitario y actual Director General de la Oficina del Comisionado para la Nueva Economía de la Lengua, cerraba la monografía de la Fundación CyD con una reflexión: «En la actualidad, el verdadero problema al que nos enfrentamos como sociedad en el ámbito de la IA es cómo garantizamos los derechos colectivos y nos repartimos socialmente los esfuerzos ante los cambios que vamos a tener que enfrentar en la transición a un mundo organizado alrededor de las tecnologías inteligentes. La pregunta más importante, quizás la única, en relación con el modo en que vamos a impulsar esta tecnología es ¿En qué clase de mundo queremos vivir juntos?».