La posible desestabilización de la Gran Corriente del Atlántico: Un peligro inminente para nuestro clima
El posible colapso de una de las grandes arterias del clima mundial, la Corriente del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés), ha vuelto a ser foco de debate. En las últimas semanas, tras la celebración de un congreso científico, se ha resurgido la preocupación sobre el deterioro de los ‘signos vitales’ de la AMOC. Esta gran corriente oceánica, que transporta agua caliente del sur hacia el norte y agua fría en sentido inverso, se está debilitando y volviendo cada vez más inestable. Esto ha llevado a algunos a especular que, de ocurrir el colapso, se podría desencadenar una enorme glaciación en Europa.
La preocupación reside en que la AMOC actúa como una gran cinta transportadora global, y su debilitamiento y posible colapso en las próximas décadas podría tener un impacto significativo en el clima del hemisferio norte. Sin embargo, la física y meteoróloga Isabel Moreno aclara que, aunque la situación es grave, «No hay evidencia científica de que vamos hacia una glaciación».
Desafíos en la predicción de la evolución de la AMOC
La incertidumbre sobre el futuro de esta arteria climática proviene en gran parte de las lagunas de datos y la complejidad de los modelos matemáticos para predecir su evolución. Como explica el investigador Pablo Ortega, del Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS), solo hace unas décadas que contamos con instrumentos dedicados a recopilar datos sistemáticamente sobre la corriente oceánica.
Además, los modelos matemáticos utilizados para predecir el comportamiento de estas grandes corrientes de agua aún tienen limitaciones. «La mayoría de los modelos no incluyen factores clave como el impacto del deshielo de Groenlandia», señala Ortega. «En el superordenador de Barcelona hemos podido realizar simulaciones que muestran una clara tendencia al debilitamiento de la corriente en las próximas décadas».
Un análisis reciente publicado en ‘Climática’ refleja que los últimos estudios apuntan a entre el 35% y el 45% de posibilidades de colapso en los próximos años del llamado giro subpolar, una parte esencial de la AMOC situada en el sur de Groenlandia.
Implicaciones para el clima europeo
Un colapso de la AMOC tendría consecuencias dramáticas para gran parte del clima terrestre, especialmente en el norte de América y de Europa. Podríamos ver un efecto estacional con inviernos de frío extremo y veranos de olas de calor impresionantes, según la investigadora Isabel Cacho, geóloga y especialista en paleoclimática de la Universidad de Barcelona (UB). Además, regiones como el Mediterráneo podrían sufrir importantes alteraciones en los regímenes de lluvia y dar lugar a condiciones más áridas y más sequías.
La incertidumbre sobre qué ocurrirá con la AMOC es aún alta, pero todos los especialistas coinciden en su gravedad y en la urgencia de frenar las emisiones de gases de efecto invernadero que están alimentando el calentamiento global.
Aunque aún se desconoce cuándo y cómo ocurrirá, la posibilidad de un colapso de la AMOC plantea una pregunta inquietante: ¿Estamos preparados para enfrentar los cambios climáticos drásticos que esto podría desencadenar?