El cliente de la región euro ha vivido en los últimos meses una genuina montaña rusa. Tras la crisis de la pandemia vino una restauración que la subida de los costes puede apagar. En este momento, el consumo se encara a un doble golpe: la inflación y el endurecimiento de las condiciones financieras. Ciertos investigadores señalan que viene un invierno de pobreza para la eurozona y calculan que el ocaso del consumo alcanzará suelo en unos seis meses.
«Las investigaciones de noviembre de la Comisión Europea aún señalan a un invierno de pobreza para la economía de la eurozona antes que logre empezar un repunte con apariencia de ‘V'». De esta forma lo apuntan los especialistas de Berenberg, que señalan al consumo como el líder de una recesión que piensan que empeorará de aquí de ahora en adelante.
Aseguran que queda «mucho más mal por venir», en tanto que las investigaciones están on-line con su opinión de que la eurozona va a caer mucho más intensamente en la recesión en el cuarto período de tres meses de 2022 y primero de 2023 antes que la restauración empieze a cobrar impulso a inicios del verano.
Como comentan, con la salvedad de la crisis a lo largo del primer bloqueo por el COVID-19 en el mes de marzo de 2020, el apetito del cliente por compras esenciales lidera la actividad. De cara al futuro, los datos proponen 2 perspectivas. La primera es que «semeja que la situación empeorará antes de progresar». La segunda, que «están mostrándose señales de que el consumo va a tocar fondo en unos seis meses».
Y exhibe de esto son los datos ahora evidentes de ciertos países. «Los indicadores de actividad real de octubre señalan que ahora se está estropeando relevantemente en toda la zona», aseguran en Oxford Economics. En Alemania, por servirnos de un ejemplo, los datos de ventas minoristas decepcionaron dificultosamente, al tiempo que en Francia se registró una fuerte caída del gasto. «La economía de la eurozona mostró una resistencia destacable hasta el día de hoy, pero las fisuras están empezando a manifestarse en los datos económicos. La caída de las ventas minoristas y las exportaciones en Alemania y las fuertes caídas en el gasto de los usuarios y la producción industrial en Francia en el mes de octubre proponen que la tan aguardada recesión ahora está en marcha», agregan.
Sus esperanzas señalan a una contracción del gasto de los usuarios y del PIB en el cuarto período de tres meses. Asimismo ven improbable que el repunte de la seguridad del cliente en el mes de noviembre indique resistencia en el gasto, «en tanto que todavía es moderado en concepto de nivel». Y aguardan que las ventas minoristas caigan aún mucho más, «lo que recomienda que el culpable es la enclenque demanda subyacente en vez de la normalización de los patrones de gasto tras la pandemia».
No obstante, el consumo va a ser asimismo el personaje principal de la restauración. En Berenberg creen que las compañías como los hogares proseguirán adaptándose a los altos costos. «Esto debería remarcar la seguridad de los usuarios y las compañías de que puede empezar una restauración en el momento en que la demanda de energía se modere tras el invierno. Conforme la inflación empieze a desvanecerse, aguardamos que se desarrolle una restauración impulsada por los usuarios en toda la región euro desde finales de la primavera«, comunican.
Tras el máximo histórico del 10,6% registrado en el mes de octubre, la inflación dió un rápido respiro a los ciudadanos de la región euro al frenar su avance interanual hasta el 10% en el mes de noviembre y reducir por vez primera en mucho más de un año. Por su lado, la tasa de inflación subyacente, que excluye la energía, los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, se sostuvo sin cambios en el 5%.
«Pensamos que o sea prueba bastante a fin de que el Banco Central Europeo (BCE) cambie a un alza de 50 puntos básicos en su asamblea de política este mes», tras haber subido los modelos en 75 puntos básicos en ámbas asambleas precedentes. Después prevén que va a venir una subida de 25 puntos básicos en el mes de febrero y tras ella el BCE va a hacer una pausa. Pero «si la inflación general no consigue moderarse sensiblemente o si la inflación subyacente incrementa aún mucho más, hay una enorme posibilidad de que el BCE vea la necesidad de otro incremento de 50 puntos básicos en el mes de febrero, lo que asimismo significaría prolongar el período de subidas hasta cuando menos la próxima asamblea en el mes de marzo», concluyen en Oxford Economics.