La mejor estrategia para ganar capitalizando en renta variable es apostar por acciones de valor, y mejor si son de alta definición. Los especialistas coinciden en apuntar a esta clase de activos ya que se estima que las clases de interés prosigan altos a lo largo de mucho más tiempo, tanto en EEUU como en Europa, y tienen la posibilidad de actuar mejor que los títulos de desarrollo.
De este modo lo comentan los estrategas de BlackRock. Desde la gestora apuntan en su último informe que la bolsa «muestra nichos de valor en el contexto de la subida de tipos», y mucho más en concreto comentan que «los títulos de valor podrían resaltar conforme los modelos de interés vayan subiendo».
«Los valores de desarrollo están liderando el repunte de la renta variable estadounidense en lo que va de año, al paso que en 2022 lo hicieron los títulos de valor. A nuestro parecer, estos últimos podrían reanudar su escalada conforme los primordiales bancos centrales contengan las clases de interés en escenarios superiores a lo largo de mucho más tiempo», aseguran los estrategas de BlackRock.
Y sucede que bajo su criterio «unos tipos mucho más altos dismuyen el valor de los flujos de caja futuros, lo que perjudica mucho más a los valores de desarrollo«. En este contexto, señalan, sus opciones sectoriales y regionales «se inclinan hacia los títulos de valor con atributos de calidad y hacia los de desarrollo con un precio razonable».
Más que nada, defienden estos especialistas, lo que los inversores tienen que tomar en consideración es que «el nuevo régimen no es un período económico habitual y necesita un nuevo libro de jugadas», y eso asimismo se aplica a los causantes de estilo de la renta variable.
Las acciones de valor -o las que se piensan infravalorados con relación a los escenciales- «fueron a la zaga de los valores de desarrollo a lo largo de una gran parte de la última década», recuerdan desde BlackRock, y señalan que esto cambió «bruscamente» en 2022, en el momento en que los bancos centrales comenzaron a endurecer su política monetaria. En este momento, dicen los investigadores de la gestora, «pensamos que el valor puede recobrar el liderazgo«.
¿Por qué razón? Pues, comentan, las clases de interés y la inflación mucho más altos y una curva de desempeños mucho más pronunciada «benefician al valor sobre el desarrollo». «No tiene que ver con seleccionar un aspecto sobre otro», comunican, y resaltan que su visión macroeconómica «respalda la prioridad por el valor en oposición al desarrollo».
«Los modelos de interés mucho más altos se traducen en géneros de descuento mucho más altos, lo que provoca que los flujos de caja futuros de los valores de desarrollo sean menos atractivos. Asimismo pensamos que probablemente la persistente inflación lleve a los inversores a reclamar una mayor compensación por sostener bonos del Estado en un largo plazo, lo que va a hacer subir los desempeños», aseguran desde BlackRock.
La visión de la gestora es clara: «El valor tiende a conseguir mejores desenlaces en el momento en que la curva de desempeños se empina. Si bien históricamente el valor obtuvo peores desenlaces al ingresar en recesión pues las compañías intensivas en capital no tienen la posibilidad de contestar con velocidad a los cambios de período, pensamos que esto podría ser diferente en este período económico atípico».
Para estos especialistas, lo que importa es que el valor «todavía es atrayente tras haber sufrido muchos reveses», y señalan que «las compañías de valor asimismo tuvieron tiempo de prepararse para una recesión bien telegrafiada». De ahí su previsión sobre el más destacable desempeño de esta clase de acciones, lo que unido al hecho de que aguardan una recesión suave, les transporta a meditar que «el encontronazo en los desenlaces va a ser probablemente menor en las compañías de valor que en ciclos precedentes».
De esta forma las cosas, el consejo de BlackRock es claro: los inversores tienen que apostar por los ámbitos energético y financiero, en los que estos especialistas hallan valor, y centrarse en «la calidad en estos ámbitos». Sobre la energía, los investigadores de la gestora aseguran que hallan valor en el ámbito «tras ser poco apreciado y también indisciplinado con el capital anteriormente». «Pensamos que sus cómputos mucho más sólidos, sus mejores remuneraciones a los inversores y la optimización de la rentabilidad de los elementos propios le proporcionan una mayor inclinación hacia la calidad», comunican.
Y asimismo hallan valor en el campo financiero, «pero no de exactamente la misma calidad». «Observamos que el campo explota la subida de tipos con una optimización de los márgenes netos de interés tras años de tipos ultrabajos o negativos en ciertos casos», apuntan.
Finalmente, animan a añadir acciones de sanidad a las carteras, pero «a un precio razonable». «Nos atrae la sanidad por sus perspectivas de desarrollo, pero a un precio conveniente: las votaciones nos semejan razonables con relación a otros campos de desarrollo», resaltan. Asimismo ven calidad «en las especificaciones protectoras de la atención sanitaria a lo largo de una recesión», y estiman que el envejecimiento de la población «fortalece el desarrollo estructural de la demanda».
EL VALOR DE ALTA CALIDAD, GANADOR
Y no solamente los especialistas de BlackRock defienden un plan fundamentada en la inversión en acciones de valor de alta definición. Asimismo en la gestora WisdomTree señalan en exactamente la misma dirección. Según Pierre Debru, responsable de Investigación Cuantitativa y Resoluciones de Multiactivos, «desde el criterio histórico el valor de alta definición superó al desarrollo de alta definición», y eso es algo que no debe tomarse a la rápida.
«El valor de calidad superó al desarrollo de calidad a lo largo de los últimos 60 años en los mercados de renta variable estadounidenses», y «si examinamos otras zonas geográficas, como Europa, observamos desenlaces afines», dice este analista, para quien «un plan de calidad bien desarrollada puede ser la parte clave de una cartera de renta variable».
Dice asimismo que las compañías de alta definición «detallan un accionar ‘todoterreno’ que garantiza un equilibrio entre la creación de riqueza en un largo plazo y la protección de la cartera a lo largo de las recesiones económicas». No obstante, en 2022 «las inclinaciones secundarias fueron fundamentales», y sucede que los valores de valor «se favorecieron de la política monetaria combativa de los bancos centrales». En verdad, resalta Debru, «de las tácticas centradas en la calidad, la que se inclinó por el valor consiguió un desempeño medio superior, al paso que la que se inclinó por el desarrollo registró un desempeño inferior».
De cara a 2023, el peligro de recesión «prosigue conminando al mercado tal y como si fuera la espada de Damocles», y si bien la inflación se ha moderado, en WisdomTree aguardan que los bancos centrales «prosigan mostrándose beligerantes en el mundo entero, en tanto que la inflación prosigue estando relevantemente sobre los objetivos». «Ya que los mercados se combaten en 2023 a varios de exactamente los mismos inconvenientes que en la segunda mitad de 2022, semeja que las inversiones resistentes que se inclinan por la calidad y el valor y que funcionaron en especial bien en 2022 podrían continuar beneficiándose«, concluye.