Fútbol es un deporte que une a las personas y rompe las barreras del lenguaje, la raza y la cultura. Sin embargo, a veces, eventos inesperados y desagradables ocurren, que manchan la belleza del juego. Un incidente similar ocurrió el sábado pasado durante un partido de la Segunda División juvenil entre el Empuriabrava-Castelló y la Jonquera, que se disputó en el Aeródromo de Empuriabrava.
El juego, que estaba en su minuto 71 con 0-1 en el marcador, se vio interrumpido por una agresión física perpetrada por distintos miembros del Empuriabrava-Castelló contra Arnau Liesa, el entrenador de la Jonquera. Según el club, Liesa fue «brutalmente agredido«.
Según el informe elaborado por el árbitro después del incidente, todo comenzó con una discusión entre ellos. Durante el altercado, el delegado del Empuriabrava-Castelló arrojó una botella a Liesa, que afortunadamente no impactó. Acto seguido, el delegado golpeó a Liesa en la cara con dos puñetazos consecutivos, el segundo de los cuales derribó a Liesa al suelo.
En ese mismo instante, el delegado continuó golpeando a Liesa, tanto con sus manos como con los pies. Para empeorar las cosas, un aficionado local y un jugador del juvenil del Empuriabrava-Castelló se unieron a la agresión, propinando patadas y golpes en la cabeza y en el resto del cuerpo de Liesa.
A pesar de la violencia del ataque, Liesa logró defenderse mientras miembros de ambos clubes intentaban separar a los agresores. El partido fue suspendido de inmediato debido al incidente.
Después de la agresión, Liesa fue trasladado en ambulancia al Hospital de Figueres con «lesiones ocasionadas en las costillas, la cabeza y otras partes del cuerpo», según el club visitante. Liesa, quien anteriormente fue técnico y coordinador del fútbol base del Peralada y del Figueres, pudo salir del hospital y por la tarde fue a denunciar los hechos a los Mossos d’Esquadra.
Este incidente ha dejado una mancha en el deporte que amamos y respetamos. Se espera que se tomen medidas y se implementen estrategias para prevenir tales incidentes en el futuro. El fútbol, como cualquier otro deporte, debe ser un lugar donde los jugadores, entrenadores y aficionados puedan disfrutar del juego y la competencia de una manera segura y respetuosa. Es imperativo que todos los involucrados en el deporte se adhieran a los principios de deportividad y respeto mutuo.
No obstante, es importante recordar que estos incidentes son la excepción y no la norma. La mayoría de los partidos de fútbol se juegan con espíritu deportivo y respeto entre los equipos. Para aquellos que aman el deporte, estos incidentes no deben desalentar la pasión y el amor por el fútbol.