El PIB mantiene el pulso y avanza un 0,7% en el arranque del año

En medio de una depresión económica generalizada que asola a gran parte de Europa, la economía española se mantiene firme y continua en su trayectoria de crecimiento. Apoyándose fuertemente en los fondos provenientes de Europa y en un sector exterior cada vez más competitivo, el Producto Interior Bruto (PIB) de España ha registrado un crecimiento del 0,7% en los primeros tres meses del 2021, marcando un ritmo de crecimiento del 2,4%. Este progreso significa que la economía española podría superar las previsiones para el año en curso, que anticipan un crecimiento del 2%.

Para alcanzar el objetivo del 2% de crecimiento anual, la economía española tendría que crecer un adicional 1,3% en los tres trimestres restantes del año. Aun si la economía entrara en un estancamiento repentino, el crecimiento ya sería del 1,4% según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que están sujetos a revisión. El INE ha revisado al alza el crecimiento de los tres trimestres anteriores, aunque ha revisado ligeramente a la baja el dato del primer trimestre de 2023.

El crecimiento de la economía española se ha caracterizado por una composición más sana, con una menor contribución del consumo público y una cierta aportación positiva de la inversión. El consumo público, que actuó como acelerador de la economía el año pasado con el consiguiente riesgo para la estabilidad de las arcas públicas, disminuyó un 1% entre enero y marzo.

En cuanto a la inversión, la formación bruta de capital fijo, que refleja el comportamiento de la inversión, avanzó un 1,3% en el primer trimestre del año, su mejor dato en 15 meses. Este es un buen indicador de la sostenibilidad del crecimiento económico a medio plazo, aunque todavía no ha recuperado los niveles previos a la pandemia a pesar del supuesto efecto tractor sobre la inversión privada que se esperaba de los fondos europeos.

El consumo de los hogares mantuvo un ritmo de crecimiento razonable de 2,3% durante el primer trimestre del año, aunque quizás contenido dada la tasa de crecimiento del empleo del 3,4% y la remuneración de los asalariados del 8,4%. Sin embargo, el crecimiento del primer trimestre se apoyó principalmente en el sector exterior, que contribuyó con cinco de las siete décimas de crecimiento registrado en el periodo, gracias a un incremento de las exportaciones del 2,4% y un avance mucho más contenido de las importaciones, del 1,1%.

A pesar del ruido generado en torno a los beneficios empresariales en los meses posteriores a la pandemia, el excedente bruto de explotación, que aproxima el comportamiento de las ganancias de las empresas, ha caído un 2,8% en el primer trimestre del año, presentando una evolución interanual del 2,6%, frente a las cifras cercanas al 18% que presentó en los meses más duros de la espiral inflacionista.

En contraste, las rentas de los asalariados comenzaron el 2024 creciendo a un ritmo del 2,9% y presentan un avance interanual del 8,4%. El empleo, en términos de equivalencia a una jornada de tiempo completo, cayó ligeramente en el primer trimestre, pero presenta un avance interanual del 3,4%, aunque las horas efectivamente trabajadas muestran un perfil mucho más moderado, apuntando a un cierto sobreempleo en la economía.

Finalmente, la productividad por puesto de trabajo ha caído un 0,9% en los últimos doce meses, aunque por hora trabajada ha tenido un avance del 1,1%. En resumen, a pesar de los retos y las incertidumbres, la economía española sigue mostrando signos de resistencia y crecimiento en medio de un contexto europeo desafiante.