El Periódico2

España se prepara para el apagón nuclear definitivo. El nuevo Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR) aprobado por el Gobierno confirma las fechas del cierre escalonado de todas las centrales nucleares entre 2027 y 2035 y su posterior desmantelamiento. El calendario de clausura fue pactado hace ya un lustro entre el Ejecutivo y las grandes eléctricas propietarias de las plantas, como Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP. Salvo un giro político y revisión de la estrategia energética nacional, esta es la hoja de ruta vigente hacia el cierre de todos los reactores en el país.

El Impacto en el Sector Energético

El cierre de las centrales nucleares en España representa un cambio significativo en el sector energético del país. Estas plantas han sido una fuente importante de energía eléctrica durante décadas, proporcionando un suministro constante y estable. La decisión de cerrarlas se enmarca dentro de un contexto de transición hacia un modelo energético más sostenible, centrado en el desarrollo de energías renovables como la eólica y la solar. Sin embargo, este proceso no está exento de desafíos. El desmantelamiento de las centrales nucleares es un proceso complejo que requiere una planificación minuciosa y recursos significativos.

El Gobierno ha asegurado que se tomarán todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad durante el proceso de cierre y desmantelamiento. Además, se prevé la creación de una serie de infraestructuras para el tratamiento y almacenamiento de residuos radiactivos, un aspecto fundamental de esta transición. La gestión de los residuos es uno de los principales retos que enfrenta el país en este ámbito, y el Gobierno ha subrayado su compromiso de cumplir con los estándares internacionales más estrictos.

Las grandes eléctricas, por su parte, han expresado su apoyo al plan, aunque han señalado la necesidad de un marco regulatorio claro que garantice la seguridad jurídica y la viabilidad económica de las operaciones durante este período de transición. También han destacado la importancia de fomentar la inversión en tecnologías limpias y en la modernización de la infraestructura energética del país.

El cierre de las centrales nucleares también tiene implicaciones significativas para el mercado laboral. Se anticipa que el proceso de desmantelamiento creará nuevas oportunidades de empleo en sectores relacionados con la gestión de residuos y la energía renovable. Sin embargo, también existe preocupación por el impacto que el cierre tendrá en las comunidades locales dependientes de las plantas nucleares para el empleo y el desarrollo económico.

Por último, esta transición energética se enmarca en un contexto más amplio de lucha contra el cambio climático. El Gobierno español ha reafirmado su compromiso con los objetivos de descarbonización y está trabajando en la implementación de políticas que promuevan una economía baja en carbono. La transición hacia un sistema energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente es vista como un paso crucial para cumplir con los compromisos internacionales en materia de clima.

Para más información sobre el Plan General de Residuos Radiactivos y las políticas energéticas en España, puedes visitar este enlace.

Fuente de la información: ElPeriódico