En un logro que está siendo aclamado como un avance revolucionario, los científicos de la Academia China de Ciencias Agrícolas han realizado un avance monumental en el campo de la agricultura. Estos científicos han conseguido transformar vastas extensiones de tierra árida y salina en fértiles áreas de cultivo. El experimento, llevado a cabo en la región de Wuyuan, en Mongolia Interior, China, ofrece una solución revolucionaria a uno de los desafíos más acuciantes en la agricultura moderna: la salinización del suelo.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hasta el nueve por ciento de la masa terrestre del planeta está afectada por la salinización. Esta salinidad del suelo, en su estado actual, la hace inadecuada para la agricultura. Este fenómeno se debe a una combinación de factores, incluyendo condiciones naturales, características de zonas desérticas y, sobre todo, actividades humanas.
Un ejemplo claro de la mala gestión humana es el manejo inadecuado del agua, especialmente notable en Wuyuan. Aquí, el exceso de riego con agua proveniente del cercano Mar Amarillo ha exacerbado el problema de la salinidad del suelo, especialmente debido a la escasez de precipitaciones en esta región árida.
En respuesta a este desafío, la Academia China de Ciencias Agrícolas ha desarrollado una solución innovadora. Los científicos tomaron tallos de cultivo de entre 5 y 15 cm de longitud y los colocaron planos bajo el suelo a una profundidad de entre 30 y 40 cm, lo que impide que la sal suba a la superficie. Además, cubrieron el suelo con una capa de plástico para ayudar a retener la humedad.
Esta técnica impide que las sales asciendan a la superficie y, gracias a la retención de humedad, lograron reducir en promedio un 36% el contenido de sal en el suelo. Como resultado, se observó un aumento del 30,5% en el rendimiento de los cultivos, según datos publicados por el Science and Technology Daily, un medio de comunicación gubernamental.
Para un país como China, con una población de 1.400 millones de personas, la seguridad alimentaria es una preocupación primordial. China, que tiene la tercera mayor cantidad de tierras salino-alcalinas del mundo, estima que un tercio de estas tierras podrían volver a ser cultivables mediante la intervención tecnológica o la mejora de las prácticas agrícolas.
En este sentido, el país ha desarrollado alrededor de 40 tecnologías para tratar el suelo salino y hacerlo apto para la agricultura nuevamente. Además, China busca compartir estas tecnologías con otros países a través de su Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda.
Además, China también está colaborando con países como Italia, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos para introducir semillas de arroz con genes tolerantes a la sal. Equipos como el de la Academia China de Ciencias Agrícolas han dedicado más de una década a la investigación de suelos salino-alcalinos en el país y han desarrollado intervenciones específicamente adaptadas a las condiciones locales.
Los responsables del proyecto afirman con orgullo: “Este innovador sistema no solo representa un avance significativo en la lucha contra la salinización del suelo, sino que también ofrece una visión prometedora para el futuro de la agricultura sostenible, tanto en China como en el resto del mundo”.
El logro de estos científicos en la transformación de suelos salinos en tierras cultivables es una señal esperanzadora para el futuro de la agricultura. Este avance no solo tiene el potencial de transformar la agricultura en China, sino que también podría tener un impacto significativo en la lucha global contra la salinización del suelo, un problema que amenaza la seguridad alimentaria en muchas partes del mundo.