Agricultores que se reinventan: cuatro historias de payeses que han hecho los deberes

A pesar de las recientes protestas agrícolas en España, un grupo de agricultores se ha mantenido al margen, no por falta de simpatía, sino porque ya han realizado la reconversión que las Administraciones les exigen. Aunque comparten muchas de las quejas de sus colegas manifestantes, como la carga burocrática excesiva, los impactos de la sequía y los fenómenos climáticos extremos, y la competencia desleal de los productos extranjeros, estos agricultores han desarrollado sus propias fórmulas de supervivencia y están tratando de salirse del modelo convencional.

Uno de ellos es Jordi Ametller, cofundador de Ametller Origen. Ametller ha creado un «club de 12 agricultores» que cultivan el mismo producto con la misma semilla, pero en momentos diferentes de la temporada. Esta estrategia les permite mantener una producción consistente durante toda la temporada. A diferencia de las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH), en este proyecto llamado Carxofans, la única empresa que compra el producto es Ametller Origen, lo que garantiza un volumen de producto estable para la empresa y un canal de venta seguro para los agricultores.

Otro ejemplo es Jesús Pellicer, presidente de la Associació de Pagesos de Mercabarna. El modelo de Pellicer es la venta directa de productos de temporada y de proximidad en el mercado de mayoristas de Mercabarna. Planean lanzar una marca propia este año para que los consumidores puedan identificar que están comprando productos de proximidad. Además, quieren poner en marcha una planta para la fabricación de envases de calidad en Mercabarna, en un proyecto respaldado por la Fundación Daniel y Nina Carasso.

Marta Valls y Josep González, por su parte, han decidido dedicarse a la agricultura a tiempo completo, cultivando una variedad de frutas y verduras en una explotación en El Papiol. Han creado una cooperativa de trabajadores y venden todos sus productos ecológicos a pequeñas cooperativas de la zona, prácticamente sin intermediarios. Sin embargo, admiten que el trabajo es arduo, la burocracia es pesada y todavía no pueden vivir exclusivamente de la agricultura.

Por último, Josep Mestres, miembro de la cooperativa Hortec, cultiva una variedad de frutas y verduras ecológicas en Benifallet. Mestres y los otros miembros de Hortec están luchando contra la creación de una etiqueta para la agricultura sostenible por parte de la Generalitat, que consideran un ataque directo al sello ecológico.

En resumen, estos agricultores han demostrado que, aunque la agricultura está llena de desafíos, es posible encontrar nuevas formas de adaptarse y sobrevivir. A través de la colaboración, la innovación y la adaptación a las demandas del mercado, están forjando su propio camino en el sector agrícola.

Por Daniel