Científicos estadounidenses descubrieron un procedimiento para producir una ganancia neta de energía mediante una reacción por fusión, lo que piensa un jalón en el campo de las energías limpias sin emisiones de carbono. La información fue adelantada en un inicio por ‘Financial Times’ (FT), si bien otros medios del país se hicieron eco de una novedad que el Gobierno estadounidense puede llevar a cabo oficial, según exactamente las mismas fuentes, este martes.
Según estas aclaraciones, es el californiano Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, que usa un desarrollo llamado fusión por confinamiento inercial consistente en hostigar una pequeña bola de plasma de hidrógeno con el láser mucho más grande de todo el mundo, el que logró la tan ansiada ganancia neta de energía en un ensayo de fusión realizado durante las últimas un par de semanas.
Este desarrollo, afín al que se genera en el Sol, fue objeto de estudio por los científicos de todo el planeta a lo largo de décadas. «Para la mayor parte de nosotros, esto era solo cuestión de tiempo”, ha asegurado un científico estadounidense en afirmaciones a ‘The Washington Articulo’, un medio que afirma que el hallazgo está cuando menos una década, o quizás múltiples, lejos del empleo comercial, si bien la administración de Biden procurará acelerarlo con fondos públicos.
La reacción de fusión en las instalaciones del Gobierno de EE. UU. causó cerca de 2,5 megajulios de energía, que fue precisamente el 120% de los 2,1 megajulios de energía en los láseres, según las fuentes consultadas por ‘FT’.
El departamento de energía de EE. UU. aseguró que se anunciará «un enorme avance científico» en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore el martes, más allá de que el organismo no ofreció mucho más datos.
Exactamente las mismas fuentes aseguraron que la producción de energía había sido mayor de lo que se espera, lo que había dañado ciertos equipos de diagnóstico, complicando de esta manera el análisis de los desenlaces.
Las reacciones de fusión no emiten carbono, no generan desechos radiactivos de extendida duración y, teóricamente, una pequeña taza de comburente de hidrógeno podría dar de comer una vivienda a lo largo de cientos y cientos de años.