El planeta está en peligro y los científicos están sonando la alarma. La gran corriente oceánica conocida como la Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (AMOC), que juega un papel vital en la regulación del clima global, está ralentizándose. Esta desaceleración es el resultado del calentamiento global y la entrada de agua dulce en el Atlántico Norte causada por el derretimiento del hielo polar.
La corriente termohalina, como también se conoce a la AMOC, redistribuye el calor, el frío y las precipitaciones entre los trópicos y el Atlántico septentrional. Su desaceleración puede resultar en un colapso repentino, con consecuencias catastróficas para el futuro de la Tierra y todos los seres vivos, incluyendo los humanos.
El colapso de la AMOC tendría efectos devastadores en el clima global. Aunque las temperaturas están aumentando, si la corriente del Atlántico colapsa, Europa podría congelarse. Esta es la conclusión de una reciente investigación liderada por científicos de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos, publicada en la revista ‘Science’.
La desaparición del Amazonas también podría ser otra consecuencia drástica del colapso de la AMOC. La corriente transporta agua caliente de los trópicos al norte de Europa. Si colapsa, el hemisferio norte experimentaría un enfriamiento abrupto, con caídas de temperatura de hasta 15 grados Celsius en Europa. Mientras tanto, el hemisferio sur experimentaría un aumento de las temperaturas, lo que podría provocar cambios drásticos en los patrones globales de lluvias y conducir a la desaparición del Amazonas, el mayor bosque tropical del mundo.
La AMOC actúa como una cinta transportadora que regula el clima de la Tierra. Este gigantesco termostato rota en sentido contrario a las agujas del reloj, con su motor ubicado frente a las costas de Groenlandia. El problema radica en que a medida que se derrite el hielo debido al cambio climático, fluye cada vez más agua dulce en esta zona, ralentizando la corriente.
¿Cuándo se producirá el colapso de la AMOC? Esta es una pregunta difícil de responder con precisión, dadas las incertidumbres en torno al futuro del cambio climático. Sin embargo, algunos investigadores han aportado estimaciones. Por ejemplo, utilizando herramientas estadísticas avanzadas y datos de temperatura del océano de los últimos 150 años, investigadores daneses calcularon que la circulación termohalina podría colapsar, con un 95% de certeza, entre 2025 y 2095. Según sus cálculos, lo más probable es que colapse dentro de 33 años, en 2057.
Además de un aumento del nivel del mar en las costas del Atlántico norte, que amenazaría con arrasar ciudades en las que viven cientos de millones de personas, el colapso de la AMOC también podría resultar en cambios en los patrones de precipitación y sequía en todo el mundo, mayores y más frecuentes olas de calor y otros fenómenos extremos, escasez generalizada de agua y alimentos, y un impacto económico brutal.
Los autores del estudio piden al mundo que preste atención al posible colapso de la AMOC, pero señalan una prioridad mayor, íntimamente relacionada: actuar de inmediato para frenar el calentamiento global. Su conclusión es clara: se necesita una acción urgente, profunda y ambiciosa para frenar ya la emisión de gases de efecto invernadero en todo el planeta. De lo contrario, no habrá futuro.
Estudio de referencia: [https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.adk1189](https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.adk1189)