El Fútbol Albanés Resurge para Empatar Contra una Desconcertada Croacia
La luz del fútbol croata parece estar apagándose, tal vez se haya apagado ya para siempre. Los recientes eventos en el campo de juego parecen reforzar esta afirmación, en particular su derrota inicial contra España y el sufrimiento que mostró para empatar con Albania, un partido que parecía tener perdido, luego ganado y, al final, acabó con un dramático empate. En el tiempo añadido, el fútbol le dio a Gsajula, el veterano jugador albanés del Dartmstad 98 alemán, la oportunidad de compensar lo que había estropeado antes.
La Rebelión de Croacia: ¿Una Esperanza en Vano?
Justo cuando parecía que Croacia se había rebelado en apenas unos minutos que abatieron a la valiente Albania. O eso creían. Una demostración de ingenuidad. No fue Budimir, el delantero de Osasuna, quien marcó ninguno de esos tantos, pero su valiosa aportación fue crucial para el 1-1 y el 2-1. Estos eran dos minutos que parecían sacar a Croacia del abismo al que se asomaba, a punto de hacer las maletas para volver a casa cuando la selección de Sylvinho completó una excelente primera parte.
Las cosas parecían ir bien, pero no tuvieron continuidad en la segunda mitad. Dalic agitó a su equipo, consciente de que iban camino de la perdición. Se sentían ganadores, pero en unos volcánicos instantes finales de la segunda parte se levantó Albania gracias a ese 2-2 de Gsajula, que terminó con un desolado Modric, abatido y desconcertado porque no entendió nada de lo que había pasado en Hamburgo.
El Impacto de Budimir
Croacia apeló a Budimir, quien entró en el minuto 69 y tuvo un impacto brutal en el partido. No necesitó ni 10 minutos para aturdir a la pareja de centrales albaneses con movimientos que no supieron descodificar. A los cinco minutos de pisar el césped, ya estaba el 1-1 en el marcador. Y a los siete, ejerció de salvador peleando un balón que desencadenó la tormenta, que parecía definitiva en el autogol de Gjasula. Lo definitivo fue el tanto de Gjasula.
Una Primera Mitad Albanesa para Recordar
Por otro lado, lo construido por esa divertida selección de Sylvinho y Zabaleta, dos antiguos laterales que han fusionado sus ideas al servicio de un país, daba la sensación de desmoronarse en el tramo final del encuentro. Pero si los croatas mostraron rebeldía y espíritu, aunque no demasiado fútbol, los albaneses mostraron aún más.
A medida que transcurría la primera media hora, los amigos de Modric estaban a punto de levantar la bandera blanca. Mucho dominio, mucho control, o supuesto control, pero con poco veneno. Fueron zarandeados por ese delicado pie izquierdo de Jasir Asani, un talento oculto en el lejano fútbol surcoreano que milita en el Gwangju.
Suya fue la asistencia del 0-1, un precioso regalo a la oportuna cabeza de Laci. Suyas fueron las acciones de una atrevida Albania. Atrevida y con tanta ambición que desnudó a la vieja Croacia. Aún pudo sentirse feliz porque al descanso el partido terminó con ese ajustado triunfo albanés, que exhibió una fiereza ofensiva inusual.
Cambios que Cambian
Terminados los primeros 45 minutos, Croacia andaba al borde del abismo porque las novedades tácticas introducidas por Dalic con el retorno de Gvardiol a la posición de central zurdo y de Perisic llenando desde atrás todo el flanco izquierdo, no dieron los resultados esperados. El famoso trío del centro del campo (Modric, Brozovic y Kovacic) no apareció. No estuvo a la altura de sus nombres, por lo que en el descanso requirió de una intervención urgente del seleccionador croata. Dos cambios para arrancar la segunda mitad con el objetivo de dinamizar a un equipo alicaído. No le quedaba otra salida.
Los cambios de Dralic cambiaron a Croacia, aunque termina, cumplida la segunda jornada del Grupo B, como última clasificada con un mísero punto. Pero los cambios de Sylvinho también modificaron la piel de Albania, que terminó con grandeza. Y era mucho más allá del empate porque terminaron atacando, sintiéndose con fuerza para completar una tarde de ensueño.
La Remontada de Albania
Albania se arrinconó tanto en su área que estaba firmando, y sin saberlo, su propia condena. Una jugada de ataque mal resuelta por la selección de Sylvinho precipitó el empate tras una gran acción colectiva teniendo a Budimir como eslabón fundamental para el tanto del empate. Lleva la firma de Kramaric, pero la autoría intelectual pertenece al delantero de Osasuna. Capital estuvo también en el 2-1 con una remontada que castigó la debilidad de la defensa albanesa simbolizada en el autogol de Gjasula.