En un sorprendente giro de los acontecimientos, miles de salmones que eran transportados en un camión en Estados Unidos, como parte de un proyecto para salvaguardar a esta especie amenazada, lograron sobrevivir a un accidente de tráfico. Tras el siniestro, los peces pudieron llegar a un río cercano, un evento que solo puede describirse como milagroso.
El incidente ocurrió cuando el vehículo de carga, que transportaba los esguines como parte de una campaña de reproducción de la especie, volcó accidentalmente en una región montañosa de Oregón, en el oeste de Estados Unidos. El camión terminó volcado junto a un riachuelo, proporcionando una ruta inesperada de escape para su carga viviente.
Según el Departamento de Pesca y Vida Salvaje de Oregón, unos 77.000 esguines lograron llegar al arroyo cuando el camión volcó. El conductor del vehículo sufrió heridas menores. Sin embargo, no todos los peces tuvieron la misma suerte: unas 25.000 crías de salmón murieron en el lugar antes de poder alcanzar el agua.
El chinook, también conocido como salmón real, ha estado en grave peligro en las últimas décadas debido a una intensa sequía en el oeste de Estados Unidos, exacerbada por el cambio climático. Los niveles de muchos ríos han disminuido y sus aguas se han calentado. Además, las represas y canales también amenazan a la especie, ya que estas barreras artificiales les impiden navegar por los ríos.
El chinook es un pez de carne sabrosa que nace en los ríos, luego nada hasta el océano donde crece y vive durante varios años, antes de regresar a su lugar de origen para reproducirse y morir. Sin embargo, la sequía en esta parte del mundo amenaza las corrientes fluviales, complicando la migración del pez. Las aguas inusualmente cálidas también afectan su ciclo de vida.
Por lo tanto, las autoridades transportan todos los años millones de esguines criados en cautividad para ser liberados en los ríos. Los esguines que murieron en el accidente representan el 20% del total de peces que se planeaba liberar en el río Imnaha de Oregón este año. Sin embargo, los 77.000 peces que sobrevivieron probablemente regresarán en dos o tres años al río Lookingglass, que salvó sus vidas, y producirán entre 350 y 700 adultos.
El accidente subraya los riesgos y desafíos que enfrenta la campaña para proteger a esta especie amenazada, al tiempo que ofrece un rayo de esperanza para aquellos que trabajan para asegurar su supervivencia. La determinación y resistencia de estos peces son un recordatorio de la importancia de nuestros esfuerzos continuos para proteger y conservar nuestra fauna y flora en un mundo cada vez más amenazado por los cambios climáticos y ambientales.