Project Lobster: Revolucionando el mercado óptico con su modelo de suscripción
Según los últimos datos de la encuesta europea de salud en España, más del 40% de la población de entre 25 y 34 años lleva gafas o lentillas. Sin embargo, la renovación de estas gafas se realiza, en promedio, cada cuatro años, un margen que se pospone incluso más ante el desembolso económico que representa. Es por ello que la óptica Project Lobster ha lanzado un innovador servicio de suscripción que promete cambiar el paradigma de compra y uso de gafas.
Project Lobster es una óptica fundada en 2018 en Barcelona por dos jóvenes empresarios, Óscar Valledor y Daniel Sisquella. Su propuesta, denominada Circular Vision Program, consiste en una suscripción mensual desde 16 euros que incluye dos gafas de sol y unas graduadas. El compromiso de permanencia es de 24 meses, lo que suma un coste mínimo del servicio de 384 euros. Aunque el margen de beneficios disminuye con este servicio, la compañía se asegura que cada cliente adquiere tres gafas de su marca, cuando la venta media habitual se sitúa en 1.2 por persona.
Asociación con SeQura y expansión de la propuesta
Para implementar este novedoso modelo, Project Lobster ha establecido una colaboración con SeQura, una compañía de pagos online que se ha ocupado del desarrollo tecnológico y financiero del servicio. El objetivo de la firma es ofrecer una nueva manera de consumir gafas que se ajuste a las necesidades cambiantes de las personas. A pesar de que este modelo ya ha tenido éxito en el norte de Europa, Project Lobster será la primera óptica en implementarlo en España, un logro que ha atraído la atención de inversores de renombre como Luis Martín Cabiedes.
Con esta propuesta, Project Lobster aspira a diferenciarse de sus competidores en el saturado mercado óptico. La firma cuenta actualmente con ocho puntos de venta en Barcelona, Madrid, Valencia y Zaragoza, donde ofrecen una producción de aproximadamente 20.000 gafas hechas a mano, principalmente en Asia. A pesar de las dificultades iniciales que supone el cambio en la mentalidad del consumidor, los fundadores de la firma esperan que su propuesta alcance una penetración inicial del 5%, que se incrementará al 25% en un periodo de cinco años.
Project Lobster es un ejemplo de las empresas boutique que se están imponiendo en la sociedad del consumo. La óptica busca ofrecer un servicio personalizado y de alta calidad a un público de poder adquisitivo medio-alto, distanciándose así de las grandes cadenas de ópticas. Su público objetivo son las personas de entre 25 y 34 años, en su mayoría mujeres, que están adquiriendo sus primeras o segundas gafas.
Con una facturación acumulada de cinco millones de euros y sus primeros meses de ebitda positivo, los fundadores de Project Lobster son prudentes en sus planes de expansión. Sin embargo, para el cierre de 2024, esperan llegar a los tres millones de euros de facturación y obtener un resultado positivo con holgura el año siguiente.
En un contexto en el que la responsabilidad medioambiental de las empresas se da por sentada, Project Lobster también se compromete a reconvertir las gafas que vuelven a sus manos cuando el cliente decide cambiarlas. Los fundadores ya están trabajando en iniciativas para reconvertir toda esta materia prima en objetos como lámparas que, inicialmente, se usarán para decorar las tiendas y, más adelante, para vender a sus clientes en forma de fundas o posagafas de «edición limitada». Con este modelo de suscripción y su enfoque en la sostenibilidad, Project Lobster está preparándose para liderar la revolución en el mercado óptico.