Un caso intrigante ha surgido en Bélgica, donde un ciudadano belga de 40 años, cuya identidad se mantiene en secreto, ha sido absuelto tras dar positivo en controles de alcoholemia en tres ocasiones desde 2019. La razón de su absolución es una condición médica rara pero reconocida llamada ‘síndrome de la autocervecería’, en la que el cuerpo del individuo produce su propio etanol.
Anse Ghesquiere, la abogada que representaba al hombre, confirmó la noticia a la agencia de noticias AFP después de que su cliente fuera liberado el lunes tras comparecer ante el tribunal. Los medios belgas han estado siguiendo de cerca el caso, que ha despertado la curiosidad y el interés público debido a su naturaleza inusual.
El ‘síndrome de la autocervecería’, también conocido como ‘síndrome de la embriaguez’, es una afección extremadamente rara que provoca la producción de etanol endógeno por parte del sistema digestivo cuando se consumen alimentos ricos en carbohidratos, como el pan, las patatas o las judías. Esto significa que los afectados pueden registrar niveles elevados de alcohol en la sangre sin haber consumido ninguna bebida alcohólica.
Según la abogada Ghesquiere, los científicos consideran que este es un síndrome infradiagnosticado. Se estima que solo unas veinte personas en todo el mundo tienen oficialmente el diagnóstico. En el caso de su cliente, Ghesquiere tuvo la suerte de contar con el testimonio de tres médicos diferentes que intervinieron en el procedimiento judicial para corroborar su afirmación sobre la condición del hombre.
Ghesquiere comentó: «Estamos contentos con este fallo, pero todavía no es definitivo«. Precisó que la Fiscalía todavía puede recurrir la decisión. Este caso resalta la importancia de un diagnóstico y tratamiento adecuados para los trastornos metabólicos poco comunes, y cómo estos pueden tener implicaciones legales.
El ciudadano belga en cuestión fue condenado por primera vez en 2019, y su último resultado positivo en un control de alcoholemia fue en mayo de 2022, donde registró un nivel de alcohol de 0,71 mg/l, más del triple del límite legal en Bélgica de 0,22 mg/l. Un mes antes, había registrado un nivel de 0,91 mg por litro de aire expirado.
A pesar de las condenas previas, que incluían una multa y una suspensión temporal de su permiso de conducir, el hombre se declaró inocente y afirmó que no había bebido alcohol. Antes de su diagnóstico, no estaba al tanto de que padecía el ‘síndrome de la autocervecería’.
Desde su diagnóstico, el hombre ha adoptado una dieta especial baja en hidratos de carbono para ayudar a controlar su condición. Esta historia sirve como recordatorio de que, aunque las leyes de tráfico están diseñadas para proteger la seguridad de todos, en algunas ocasiones pueden surgir circunstancias médicas excepcionales que desafían las normas convencionales y requieren una mirada más cercana y una consideración cuidadosa.