El pasado viernes, una serie de establecimientos de McDonald’s alrededor del mundo sufrieron un fallo informático que interrumpió sus operaciones. Este apagón afectó a locales de la cadena de comida rápida en varios países de Europa, Asia y Oceanía, forzando a sus empleados a realizar los pedidos y las cuentas a mano, e incluso a cesar sus servicios temporalmente.
La sucursal de la compañía en Japón informó a través de X, la red social anteriormente conocida como Twitter, que «muchas tiendas de todo el país han suspendido temporalmente sus operaciones». Este inconveniente en la infraestructura tecnológica de la corporación ha tenido un impacto significativo en su funcionalidad.
La interrupción del sistema informático también se dejó sentir en Hong Kong, donde McDonald’s informó a sus clientes que «los pedidos móviles y los quioscos de autopedido no funcionan». En respuesta a este fallo, la actividad se mantuvo «en el mostrador del restaurante», recurriendo a métodos manuales para atender a los clientes.
Situaciones similares se reportaron en Australia y Nueva Zelanda. Un portavoz de la cadena informó a la CNN que «somos conscientes de un corte de tecnología que afecta actualmente a nuestros restaurantes en todo el país y estamos trabajando para resolver este problema lo antes posible».
Las dificultades también se extendieron a Europa. Algunos establecimientos de McDonald’s en el Reino Unido experimentaron interrupciones en su sistema informático que los obligaron a tomar los pedidos en persona. Un restaurante en Estocolmo, Suecia, tuvo que cerrar debido al fallo. Un empleado del restaurante confesó al tabloide Aftonbladet: «No sabemos cuándo se arreglará».
Según informes de usuarios en redes sociales, McDonald’s también tuvo que cerrar temporalmente establecimientos en otros países como Alemania y Austria.
En relación a este incidente, la compañía ha afirmado que el problema no se debe a un ciberataque externo. Algunos expertos en la materia, como la cuenta de ciberanalítica CyberKnow, apuntan en la misma dirección. Según ellos, es «muy probable que se trate de una actualización del sistema informático que ha causado daños».
Este fallo informático ha puesto de manifiesto la dependencia que tienen las grandes corporaciones de sus sistemas tecnológicos para operar de manera eficiente. En un mundo cada vez más digital, cualquier interrupción en estos sistemas puede tener graves consecuencias no solo para la empresa, sino también para los clientes y trabajadores.
A pesar de los contratiempos, la empresa continúa trabajando en solucionar el problema y restablecer la normalidad en todos sus locales afectados. En un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, estos fallos informáticos nos recuerdan la importancia de tener sistemas de respaldo robustos y eficientes para garantizar la continuidad de los servicios.