Dominik Greif, portero del Mallorca.

El portero del Real Club Deportivo Mallorca, Dominik Greif, ha dejado huella en el mundo del fútbol español, especialmente tras convertirse en uno de los héroes de los cuartos de final y semifinales de la Copa del Rey. Nacido en Bratislava, Eslovaquia, en 1997, Greif ha visto cómo su dominio del español ha evolucionado tan rápido como su popularidad entre la afición mallorquina.

El próximo sábado, día de su 27 cumpleaños, jugará en la final de la Copa del Rey contra el Athletic Club en el estadio de La Cartuja, en Sevilla. Greif considera que este es uno de los mejores momentos de la temporada para el Mallorca. Aunque el equipo ha mantenido un rendimiento constante durante toda la temporada, reconoce que el partido será especial, ya que han jugado bastante bien en los últimos partidos.

A pesar de la magnitud del partido, Greif sostiene que la preparación en el vestuario no ha cambiado. El equipo sigue con su trabajo normal y se prepara para el partido como cualquier otro. Aunque para muchos de sus compañeros este será el partido más importante de sus carreras deportivas, Greif insiste en que no hablan de ello en el vestuario. Su objetivo es evitar la presión innecesaria y centrarse en disfrutar del partido con su gente y familias.

Sobre cómo ganar al Athletic Club, Greif se mostró optimista aunque admitió que no tiene una respuesta definitiva. Dejó claro que el enfoque del Mallorca es claro y que la gente sabe lo que harán. Sin embargo, advirtió que el Athletic Club presiona mucho y corre con intensidad, por lo que se deben preparar para ello.

«Nuestros partidos siempre son duros. Somos un equipo que no tiene problemas con esto», dijo Greif. No obstante, reconoce que la final de la Copa del Rey será un desafío que deben enfrentar con todo lo que tienen.

Greif ha jugado un papel muy importante para que el Mallorca llegue a esta final. «De lo que más orgulloso me siento es que, después de todo lo que me ha ocurrido en estos últimos tres años, ahora puedo decir que estamos en una final de la Copa del Rey», declaró Greif.

Los últimos tres años han sido un verdadero calvario para Greif debido a las lesiones. Pasó un año entero sin poder entrenar, jugar partidos ni hacer nada. A pesar de ello, nunca perdió la confianza en sí mismo y siempre siguió adelante. «Algunos días sí estaba roto y te quieres morir. Pero siempre me dije que no puedo parar por todo el trabajo que he hecho durante mi carrera desde los seis años, con mis padres, mi novia y toda mi familia. Por ellos no podía pararme. Ahora estoy aquí y tengo que disfrutarlo», explicó Greif.

El sábado, además de celebrar su cumpleaños, Greif jugará una final. «¡Claro! El regalo que quiero es una Copita», bromeó el portero. Tiene claro que en una final siempre hay opciones y que lo más importante será disfrutar y darlo todo en el campo.

En cuanto a las supersticiones, Greif confesó que se pone la ropa interior al revés, una manía que parece funcionarle bastante bien.

Iker Casillas fue uno de sus referentes cuando empezó a jugar al fútbol. «Lloraba en casa cuando Casillas lo pasaba mal en el Real Madrid y jugaba Diego López», recordó Greif.

Aunque su futuro con el Mallorca aún no está claro, Greif afirmó que no está pensando en ello en este momento y que solo está centrado en la final. «Todavía me quedan dos años de contrato en el Mallorca y no está en mis manos. Intento dar todo lo que puedo en el campo y ya está», concluyó Greif.