Trabajos forestales en una finca de Sallent tras recibir ayudas para propietarios de bosques

Catalunya se enfrenta a un verano complicado. A pesar de las recientes lluvias, el Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural ha decidido mantener las medidas establecidas para prevenir incendios forestales en la próxima temporada estival. La razón de esta decisión radica en la severa sequía que ha padecido la región durante los últimos tres años, la cual ha debilitado la vegetación de los bosques catalanes, llevando a un 60% de los árboles a perder hojas y no recuperarse debido a la falta de agua.

El estudio Deboscat, llevado a cabo por el CREAF (Centro de Investigaciones Ecológicas y Aplicaciones Forestales), ha revelado que hay 66.500 hectáreas de arboledas afectadas por la crisis hídrica, una cifra que supera el total de terreno afectado por incendios en la última década en Catalunya. Las áreas más afectadas incluyen a Selva, Osona, el Gironès y el Alt y Baix Empordà.

Mireia Banqué, investigadora del CREAF, ha explicado que muchos de estos árboles debilitados, como las hayas, los robles o las encinas, podrían rebrotar, aunque también pueden ser más vulnerables a las plagas. Por otro lado, los pinos han sido los más perjudicados.

“Entre marzo y abril descubrimos que algunos bosques de pino carrasco por la zona del Garraf murieron en bloque”, ha informado Anna Sanitjas, directora general de Bosques. Ante esta situación se han adoptado medidas preventivas de cara a un verano que se prevé desafiante en la gestión de incendios forestales, debido a la sequedad de la vegetación, lo que podría aumentar la velocidad de propagación del fuego.

Las recientes lluvias han dado un respiro a la situación crítica de los bosques. Sin embargo, la severa sequía de los últimos tres años ha dejado heridas abiertas en la vegetación. Esto se traduce en una mayor debilidad de los árboles, con pérdida de raíces, ramas y hojas, lo que reduce su capacidad de fotosíntesis.

El Departament d’Acció Climàtica está preparando la campaña forestal de este verano con «un escenario desconocido», pero siguiendo las actuaciones previstas en el plan de prevención de incendios con una inversión de 78 millones de euros. Además, se han destinado 9 millones de euros para paliar los efectos de la sequía en los bosques.

“Los incendios son como una partida contra el fuego. Tú tienes unas cartas y el fuego, otras, y cada año las suyas son más buenas”, ha señalado Sanitjas, quien ha destacado la importancia de utilizar mapas predictivos de peligro de incendios que permiten restringir actividades en zonas con más riesgo.

A pesar de los desafíos, Sanitjas ha querido enviar un mensaje de tranquilidad a la población: “Estamos muy preparados para los incendios”. Esto se debe en gran medida a las actuaciones de prevención realizadas y al hecho de que los catalanes están cada vez más concienciados de la importancia de cuidar los bosques cuando salen a disfrutar de ellos.