Las monjas de Belorado renuncian a la Iglesia Católica y desafían la autoridad del Tribunal Eclesiástico
Las monjas de Belorado, una pequeña localidad en la provincia de Burgos, España, han dado un paso sin precedentes al decidir no presentarse ante el Tribunal Eclesiástico al que estaban citadas este viernes. En un acto de rebelión contra la autoridad eclesiástica, las religiosas han comunicado su separación de la Iglesia Católica a través de un burofax, que también han publicado en su cuenta de Instagram. En su comunicado, las monjas han declarado su desvinculación «libre y voluntariamente» de la «iglesia conciliar», en un momento de creciente tensión entre la jerarquía eclesiástica y las comunidades monásticas.
El anuncio ha provocado una ola de sorpresa y controversia dentro y fuera de la comunidad católica. En su comunicado, las religiosas cuestionan la autoridad del tribunal eclesiástico, alegando que carece de capacidad para imponer ‘penas espirituales’ como «la farsa de excomunión». Esta decisión las enfrenta a la sanción más severa que la Iglesia impone a sus miembros, la excomunión. Pero, ¿qué implica exactamente esta pena?
La sanción eclesiástica más grave: la excomunión
El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha advertido a la vicaria de la comunidad, sor Paz, que su renuncia a los principios de la Iglesia Católica y su adscripción a una doctrina separada constituyen un «acto grave». Según el Código de Derecho Canónico, en su canon 1.339, párrafo 2, la iglesia establece la excomunión como pena «a una persona que provoca con su conducta, escándalo o grave perturbación del orden».
La Enciclopedia Católica describe la excomunión como «una pena, supone la culpabilidad; y siendo la pena más grave que la Iglesia puede infligir, naturalmente supone una ofensa muy grave. Es también una pena medicinal en lugar de vengativa, pues está destinada no tanto a castigar al culpable, sino a corregirlo y a traerlo de nuevo a la senda de la rectitud».
En ese sentido, el cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor de la Santa Sede, ha explicado que el objetivo de la excomunión es llevar «a los culpables al arrepentimiento y a la conversión».
Después de la decisión de las monjas, estas se alinearon con Pablo de Rojas, un ‘obispo’ excomulgado en 2019 por autoproclamarse obispo de Bilbao en representación de una corriente cismática ultraconservadora. Así, las religiosas han incurrido en excomunión ‘latae sententiae’. Sin embargo, el arzobispo Iceta deberá promulgar los decretos de excomunión individualmente para cada monja, un proceso que tomará varios días. No se sabe qué puede pasar con las cinco monjas que no han manifestado nada.
Otros casos de excomunión en la historia reciente de España
Aunque en España ha habido algún que otro caso relacionado con la excomunión, el más conocido fue el de la Iglesia de El Palmar de Troya, en Utrera, Sevilla. Esta sentencia tuvo lugar cuando Clemente se autoproclamó líder de la iglesia y ordenó erigir el templo de la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz. Desde entonces, la iglesia palmariana es una escisión herética de la católica y se ha convertido en una secta que vende agua a precio de oro y que exige a sus adeptos el pago del 10% de su sueldo.