El mundo de la vela está en plena efervescencia. En menos de un mes, los barcos de la 37ª edición de la Copa América de vela serán lanzados al agua en Barcelona, para dar inicio a la competición el 22 de agosto. Los primeros equipos en hacerlo serán Emirates Team New Zealand y Alinghi Red Bull Racing.
En estos momentos, los seis equipos que participarán en esta histórica competición mantienen un halo de secretismo. Solo el barco de los suizos ya está físicamente en la capital catalana. El resto de las embarcaciones se están preparando en sus respectivos países, siguiendo las rigurosas normas del trofeo.
Los equipos de Nueva Zelanda, Gran Bretaña, Suiza, Francia, Italia y Estados Unidos lucharán por la jarra de las 100 guineas a bordo de un AC75. Este tipo de embarcación, que mide 75 pies (20,7 metros de eslora), tiene una tripulación de ocho personas, cuatro de las cuales son ciclistas. Este cuarteto, conocido como el ‘power group’, tiene la tarea de cargar las baterías pedaleando. Los otros cuatro miembros, llamados el ‘driving group’, guían la embarcación y definen la estrategia.
Augustin Maillefer es uno de los miembros del ‘power group’ de Alinghi Red Bull Racing. A sus 30 años, tiene un historial impresionante de competencias en el agua, incluyendo triunfos en la Copa del Mundo de Remo y la participación en los Juegos Olímpicos de Londres y Río de Janeiro.
«Entrenamos cuatro horas diarias en bicicleta de carretera o ‘indoor’, además de hacer musculación y resistencia», explica Maillefer. Su tarea principal es generar energía que permita al AC75 alcanzar velocidades de más de 50 nudos (unos 100 km/h). Esta innovadora forma de generar energía con los pies fue ideada por los neozelandeses en 2017, quienes creyeron que las piernas podrían generar más fuerza que los brazos.
Sin embargo, cada edición de la Copa América trae nuevas evoluciones. En esta ocasión, parece que los equipos han comenzado a incorporar a remeros como Maillefer en lugar de ciclistas. De hecho, los suizos también cuentan con un atleta que solía correr los 1.500 metros, Franco Noti.
Maillefer, quien se ha adaptado a la vida en Barcelona, valora especialmente el trabajo en equipo. «No tenemos la tarea más importante, pero sin nosotros, el AC75 no funcionaría», dice con una sonrisa. Y aunque la exigencia en un equipo de este nivel es muy alta, la recompensa también lo es. La combinación de disciplinas dentro y fuera de los veleros ‘voladores’, con aspectos como el diseño y rendimiento de las velas, es uno de los factores que más le estimula.
