El viernes por la noche, la ciudad de París fue golpeada por una serie de ataques terroristas coordinados en múltiples ubicaciones, incluyendo la famosa sala de fiestas Bataclan y los distritos 10 y 11 de la ciudad, dejando al menos 128 muertos y alrededor de 200 heridos, algunos de ellos en grave condición. Los atacantes también tomaron rehenes en Bataclan, lo que contribuyó a un alto número de muertos.
El presidente francés, François Hollande, declaró un estado de emergencia y movilizó al Ejército. «Sabemos de dónde vienen y quiénes son», afirmó el presidente, instando a los ciudadanos a no salir a las calles. Además de Bataclan, los atacantes también golpearon cerca del Estadio de Francia durante un partido de fútbol entre Francia y Alemania, y en varios restaurantes y centros comerciales, incluyendo La Petite Cambodge, Le Carillon, y Les Halles.
Los ataques comenzaron poco antes de las diez de la noche con tiroteos y explosiones. Los testigos describieron escenas de horror con sangre por todas partes y atacantes armados con metralletas disparando indiscriminadamente a la multitud. «Había sangre por todos los lados. Han disparado sobre la multitud. Tenían metralletas y han disparado en todas las direcciones», contaron personas que lograron huir de la sala en medio del tiroteo.
Las autoridades reportan que cinco de los atacantes han sido «neutralizados». Sin embargo, la cifra de muertos y heridos continuó aumentando a medida que avanzaba la noche, pasando de dos muertos iniciales a 26, luego a 40, 60, y finalmente a más de 100 víctimas. Este fue sin duda un ataque a gran escala que sacudió a la capital francesa y al mundo.
El presidente de EE. UU., Barack Obama, describió los ataques como un «ataque contra la humanidad». Funcionarios de seguridad de alto rango en EE. UU. también creen que los ataques fueron coordinados.
En el Estadio de Francia, las explosiones también se escucharon durante el partido de fútbol. El presidente Hollande, que se encontraba en el estadio, fue evacuado en helicóptero. Se detuvo el partido y la policía hizo bajar de las gradas a los espectadores, quienes se refugiaron en el campo de fútbol. El estadio fue cerrado y utilizado como refugio para los asistentes al partido.
Estos ataques marcaron una de las noches más mortales en la historia reciente de Francia, y recordaron dolorosamente a los ataques perpetrados contra el semanario satírico Charlie Hebdo en enero del mismo año. La ciudad de París, y todo el mundo, quedaron en estado de shock y luto mientras las autoridades continúan investigando.