El consorcio húngaro Magyar Vagon está finalizando los detalles para el envío del folleto formal de su oferta pública de adquisición sobre Talgo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La empresa, dirigida por András Tombor y Gyorgy Bacsa, tiene hasta el lunes 8 de abril para presentar este documento. Sin embargo, según fuentes cercanas a la compañía, el plan es no agotar el plazo. Este folleto, que se enviará al regulador, proporcionará una información más detallada respecto al anuncio de opa y recogerá todas las condiciones de la operación.
Este folleto formal, que ya ha sido recibido por la Dirección General de Comercio Internacional e Inversiones, un organismo del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, desde el 22 de marzo, no será público hasta que haya una decisión oficial del Ejecutivo sobre la operación. Esta operación no ha sido vista con buenos ojos por el gobierno, que ha valorado negativamente la oferta realizada por el consorcio húngaro, sospechando que detrás de ella hay intereses rusos. Óscar Puente, ministro de Transportes, afirmó que harían todo lo posible para evitarla, mientras que Jordi Hereu, ministro de Industria, sugirió considerar a Talgo como una empresa estratégica.
El folleto formal ampliará el anuncio de opa. Magyar Vagon garantizará a las autoridades la ‘españolidad’ de Talgo, sin deslocalizar la empresa, y asegurará los puestos de trabajo. Además, la empresa expondrá el plan industrial que desea implementar para mejorar la capacidad de la empresa española, que está experimentando retrasos en la entrega de sus pedidos. En este proceso, el consorcio húngaro está asesorado por Garrigues y Lazard. En 2021, para autorizar la opa de IFM sobre Naturgy, entre otros aspectos, se exigió al fondo australiano mantener la sede, la gestión y el empleo de la energética en España, algo que Magyar también ha hecho desde el principio.
El primer organismo en pronunciarse será la Junta de Inversiones Extranjeras (JINVEX). Este organismo elaborará en las próximas semanas un informe preceptivo sobre la operación, que será enviado al Consejo de Ministros. Con este documento, el Ejecutivo deberá decidir si respalda o no la operación encabezada por el consorcio húngaro. Según la documentación disponible, la autorización no puede demorarse más de un mes si es por un proceso abreviado, o de tres meses, en procesos ordinarios.
Durante el plazo hasta que el Consejo de Ministros emita su veredicto, Magyar Vagon planea realizar un ‘road show’ entre las administraciones y estamentos, entre ellos Transportes, Economía, Industria o Renfe, para explicar el proyecto y tratar de disipar los temores de que Rusia esté tras la oferta de compra de Talgo.
Una vez que esto ocurra, la CNMV entrará en juego. Primero, sus técnicos analizarán la viabilidad de la operación y, luego, su órgano directivo hará lo propio. Si todo sigue su curso y la CNMV autoriza la operación, se abrirá un plazo de un mes para que los actuales accionistas de Talgo acepten la propuesta. Su principal partícipe, el fondo británico Trilantic, tiene intención de hacerlo, ya que lleva años buscando desinvertir su participación en el fabricante de trenes.
Magyar Vagon ha justificado en todo momento que la operación podría aportar a Talgo la capacidad industrial que le falta. El grupo húngaro cuenta con siete fábricas en varias localidades de Hungría, además de otra en la ciudad de Dunakeszi de 270.000 metros cuadrados del fabricante de trenes DJJ, que también forma parte del consorcio que lanza la opa. El conjunto de las instalaciones de las ocho factorías suman más de medio millón de metros cuadrados con una plantilla de casi 2.500 personas, además de los 2.200 que tiene Talgo en España, que se integrarían en la nueva corporación conjunta.