Dos horas, tiempo que pasó una mujer sueca encerrada en contra de su voluntad en un cuarto de baño con su bebé de cinco meses. Sonidos incansables, gritos y golpes violentos. Dos horas fueron eternas en esas cuatro paredes. Un único ruido esperanzador: la entrada de la Policía Nacional en el piso para rescatarles y detener al causante de toda esta situación, la pareja sentimental de ella. Esto fue lo que sufrió el lunes 12 de agosto una mujer en un domicilio del distrito de Puente de Vallecas.
Una llamada telefónica de la víctima a un familiar abrió el camino a la esperanza. Así, esta tercera persona comunicó la situación a la policía de Suecia. El operativo policial nacional se puso en funcionamiento tras tener conocimiento a través de Interpol del riesgo inminente de un episodio de violencia a tiempo real.
Inmediatamente, los agentes especializados de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM), junto a unidades uniformadas de la Policía Nacional, acudieron al domicilio y se entrevistaron con un varón, pareja sentimental de la víctima, quien se encontraba en una actitud muy nerviosa y esquiva. Tras insistir en conocer el estado de su pareja sentimental, los policías accedieron al interior de la vivienda y localizaron a la mujer, encerrada en el baño junto a su bebé de cinco meses, bajo la amenaza de que si salía durante la visita de los agentes sufriría graves consecuencias.
Operativo policial en Puente de Vallecas
Tras lograr la liberación de la víctima y de su bebé en poco más de una hora y darles protección, esta manifestó que estaba retenida en contra de su voluntad e incomunicada. Además, llevaba más de 24 horas sin comer y había sido agredida por su pareja en repetidas ocasiones, presentando lesiones visibles.
Por estos hechos, los agentes detuvieron al varón como presunto autor de los delitos de malos tratos en el ámbito de la violencia de género y de detención ilegal, pasando a disposición de la autoridad judicial.
No es el único caso de retención de una mujer en contra de su voluntad en lo que llevamos de 2024. En febrero, una mujer de nacionalidad búlgara, había sido retenida en un zulo de Pezuela de las Torres, golpeada y violada por su pareja, un hombre de 50 años con un largo historial delictivo. La víctima presentaba heridas y marcas por casi todo el cuerpo.
La investigación comenzó cuando la mujer consiguió liberarse con un cúter para pedir ayuda en una gasolinera cercana. De inmediato, los agentes de la Guardia Civil del cuartel de Villalvilla se personaron en el establecimiento y la trasladaron a un hospital. En paralelo, enviaron la información de la denuncia a la Policía Judicial, cuyos efectivos se trasladaron hasta el centro hospitalario para corroborar su versión una vez aplicado el protocolo de agresiones sexuales. Los agentes descubrieron, además, que días antes la víctima había sufrido un aborto, que según el médico forense podía ser compatible con los golpes recibidos.