El viñedo de Alta Alella, durante la vendimia del año pasado

En la antesala de la Navidad y con datos solo hasta septiembre, la Denominación de Origen (DO) cava anticipaba datos de clausura para 2023 que presagiaban un año complicado. Tres meses después, con la imagen completa a su disposición, pueden confirmar que así ha sido. Las empresas que operan bajo el paraguas de esta marca, que incluye a Codorníu, Freixenet, Juvé & Camps, entre otras, han vendido, en conjunto, prácticamente el mismo número de botellas que el año anterior. Esta cifra incluso ha experimentado una ligera caída a nivel internacional. «Nuestro objetivo es la valorización», ha declarado Javier Pagés, presidente del Consejo Regulador del cava, subrayando que el volumen de ventas no puede crecer mucho más en el futuro y que es necesario redoblar los esfuerzos para revalorizar el sector, impulsando así el crecimiento en la facturación.

El saldo final del año ya va un poco en esta dirección. A pesar de un incremento en ventas de solo un 1% en comparación con el ejercicio anterior, con 252 millones de botellas vendidas, la DO cava ha ingresado un 8% más por esta actividad, sumando a sus arcas 2.200 millones de euros. Este aumento se atribuye principalmente al incremento de precios asociado a la inflación generalizada, a la reducción significativa del producto disponible debido a la sequía, y al esfuerzo de las bodegas por producir un producto «de un nivel más alto y más exquisito».

Pagés ha valorado positivamente la actuación de las empresas que representa en 2023. “Volvemos a alcanzar una cifra récord tras varios años consecutivos, esto es algo muy significativo y positivo”, ha resumido este empresario. Destaca el valor de vender un 1% más de botellas en un contexto marcado por una desaceleración generalizada de la economía a nivel mundial y unas exportaciones que caen en volumen y valor en el segmento del vino.

Sin embargo, el nulo avance en las ventas de la DO cava se debe principalmente a una caída del 13% en la demanda en los Estados Unidos, el tercer mercado más grande para estos vinos espumosos. Pagés atribuye esta disminución a una reducción global de las ventas en el sector en el país norteamericano, que también ha afectado al champagne y al prosecco, debido a un «desfase de inventarios”.

Es importante destacar que la DO cava exporta casi el 70% de lo que produce, y que la actividad internacional se ha contraído, en conjunto, un 0,25% en 2023. Sin embargo, el sector ha crecido un 4% a nivel nacional, un contraste que la DO cava relaciona con el buen comportamiento del turismo y con la creciente aceptación del cava en España.

Otra cifra aparentemente negativa es que, en medio de esta apuesta por el cava de mayor calidad, las ventas de la categoría Guarda Superior cayeron un 13% respecto a 2022. Pagés atribuye este descenso a la nueva normativa aplicada que ha cambiado la forma en que se venden los productos de Guarda, Reservas. Por otro lado, destaca el gran protagonismo que adquiere la oferta ecológica.

En cuanto al futuro, Pagés prevé poca variación en las ventas en volumen para este año, pero avances en la revalorización. “Nuestro futuro está en hacer que los consumidores vean el gran producto que tenemos y le den este valor”, ha señalado el mismo directivo. Además, considera evidente que los precios seguirán aumentando debido a la escasez de uva.

“Nadie tiene una bola de cristal, pero lo que sabemos es que las ventas han ido bien y que las bodegas se han ido vaciando”, ha explicado. Teniendo en cuenta que la recolección ha sido un 40% menor, Pagés concluye que “va a haber carestía de producto”. Y así funciona la ley de la oferta y la demanda, si va a haber menos producto, este va a tener que subir de precio.

Por Daniel