Niños del Benjamín A del Sant Antoni de Vilamajor, con sus entrenadores, con la camiseta de Marc Casadó.

Marc Casadó, nacido en 2003, es el nombre que resuena y provoca una ilusión en los estudiantes, especialmente en Sergi, un estudiante de cuarto grado de la Escola Joan Casas en Sant Antoni de Vilamajor (Vallès Oriental). Casadó, un jugador del Barça desde su infancia, es recordado con cariño por sus exprofesores, quienes se maravillan de sus logros tanto académicos como deportivos.

Casadó es recordado como un niño extremadamente inteligente, un estudiante brillante que se destacaba en matemáticas. Pero más allá de su brillantez académica, Casadó también mostraba una estrategia y habilidades argumentativas impresionantes. Su inteligencia y habilidades estratégicas eran evidentes en todo lo que hacía, desde el aula hasta el campo de fútbol.

Una de las personas que recuerda a Casadó con cariño es Lia Fernàndez, su profesora de Educación Física desde primer hasta sexto grado. Fernàndez recuerda a Casadó como un niño espléndido, destacando su perfección en los exámenes hasta tal punto que utilizaba sus respuestas como referencia para corregir los exámenes de otros estudiantes. Anna Roca, su tutora en quinto y sexto grado, también recuerda su brillantez, describiéndolo como un niño muy vivo con un punto de picardía.

Pero más allá de su brillantez académica, Casadó también es recordado por su humildad. Una anécdota que ilustra esto es cuando se quedó sin botas y, en lugar de solicitar un par del club, fue a una tienda a comprar un par nuevo.

Casadó comenzó a jugar al fútbol en 2008, en el equipo local de Sant Antoni de Vilamajor. A pesar de su corta edad, ya mostraba una pasión y habilidad innata para el fútbol. Su madre, Anna, recuerda cómo desde pequeño estaba siempre con el balón, jugando en casa con pelotas hechas con papel de periódico y cinta adhesiva para no dañar los muebles.

Después de pasar dos años en el Vilamajor, Casadó pasó a jugar un año en el Sant Celoni, tres años en el Granollers y uno en la Damm. En la Damm, fue nombrado capitán nada más llegar, demostrando su liderazgo y habilidad para el fútbol.

En el invierno de 2016, la familia de Casadó recibió llamadas del Barça, el Espanyol y el Valencia. Finalmente, eligieron al Barça, el equipo que Casadó había apoyado desde que era un niño. En La Masia, Casadó creció junto a otros talentos como Alejandro Balde, Fermín López y Xavi Simons.

A pesar de haber jugado tres partidos en la Liga de Campeones, su debut en LaLiga se había resistido hasta que finalmente llegó en su 25º partido, en una victoria contra el Atlético. Anna, su madre, recuerda la emoción de ese día, y cómo su hijo siempre compra todos los periódicos en los que aparece, recortando las noticias y archivándolas en una carpeta.

El camino de Casadó desde las aulas de Sant Antoni de Vilamajor hasta los campos de LaLiga no ha sido fácil, pero su dedicación, habilidad y humildad le han llevado a realizar sus sueños. Como dijo su antigua tutora, Anna Roca, «Tú en la vida harás lo que quieras», y sin duda, Casadó ha hecho precisamente eso.