El nuevo año 2023 ahora llegó, y con él vienen los nubarrones con apariencia de recesión que desde hace ya tiempo intimidan a las primordiales economías mundiales, no obstante, los investigadores afirman que sólo algunas de las potencias la padecerán, y centran sus peores pronósticos para el recién estrenado año en USA (EE.UU.) y Europa.
Así, el aparato de especialistas de Lombard Odier predice el comienzo de la recesión en EE.UU. para los primeros acompases del curso, si bien resaltan que «en contraste a una crisis financiera, probablemente tenga un encontronazo poco». Con todo, su pronóstico incluye una «restauración limitada en el segundo semestre, que contribuirá a que el desarrollo alcance el 0,7% en el grupo del ejercicio«.
La economía estadounidense proporciona ahora «claros signos de sobrecalentamiento y un desarrollo salarial muy sobre los escenarios acordes con la meta de inflación del 2% de la Reserva Federal», con lo que estiman que el banco central prosiga con su política de endurecimiento capital y eleve los géneros de interés hasta cierto punto máximo del 5% a inicios de año.
«La mayor parte de los indicadores prosiguen en colorado, si bien van en la dirección adecuada. A pesar de que el ritmo de creación de empleo todavía es superior al preciso para sostener el ritmo de desarrollo de la población, se ha desacelerado de manera importante», resaltan.
Europa no va a correr mejor suerte este curso, y desde Lombard Odier ven «posible que se evite un invierno obscuro, pero no la recesión«, puesto que el corte del suministro de gas ruso ha causado incrementos «muy pronunciados» de los costes del gas y la electricidad, lo que hace tener miedo una crisis energética en un conjunto de naciones que es un enorme importador de energía. Esta situación amenaza con ofrecer rincón a un déficit por cuenta bancaria en los próximos trimestres, tras múltiples años de fuertes superávits.
«Hasta el día de hoy, los gobiernos tomaron medidas para asegurar un suministro de gas bastante y eludir el peligro de enormes cortes y racionamientos. Aun de este modo, la recesión semeja ineludible y prevemos un desarrollo con limite en 2023. El próximo invierno podría ser aún más difícil, no obstante, los sacrificios de diversificación energética, la optimización de las infraestructuras y la reducción del consumo mejoraron las perspectivas», añaden.
La crisis energética no es el único lastre al que se encara la demanda europea, puesto que asimismo debe lidiar con los superiores géneros de interés. Más allá de que los especialistas estiman que «la necesidad de subir las clases de interés es bastante menor que en USA o el Reino Unido» por las pocas señales de recalentamiento del mercado de trabajo, auguran que el Banco Central Europeo (BCE) va a subir los tipo del 1,5% de hoy al 2,25% a inicios de 2023.
Hasta cotas mucho más altas deberán subir en el Reino Unido, donde cohabitan la crisis energética y una alto inflación, que además de esto se nutre de las marcadas presiones del mercado de adentro, con el desarrollo de los sueldos en el campo privado por arriba 6%. Frente este ámbito, la previsión es que el Banco de Inglaterra eleve las clases de interés sobre el 4%.
«Dada la relativa preponderancia de las hipotecas a tipo variable (y las de tipo fijo que se marchan a actualizar), el encontronazo va a ser esencial en los capital de los hogares y en la actividad inmobiliaria. Por consiguiente, la economía británica se encarará a un ambiente económico bien difícil a lo largo de la mayoría de 2023, y probablemente la recesión se acelere conforme los usuarios sientan los efectos del endurecimiento de la política monetaria y el incremento de las facturas energéticas», resaltan.
LAS POTENCIAS ASIÁTICAS
La cara menos dura del nuevo año se va a ver en el conjunto de naciones asiático, donde El país nipón » tiene la posibilidad de sobrepasar a prácticamente todos sus pares de los mercados desarrollados en 2023 debido al impulso de reapertura en curso y al acompañamiento presupuestario».
«Probablemente el desarrollo de la inversión empresarial continúe siendo sólido merced a los superiores márgenes de beneficio de los productores, una moneda increíblemente competitiva y la diversificación de la cadena de suministro fuera de China. Aguardamos un desarrollo del 1,6%, aun tras tomar en consideración el efecto de la desaceleración en USA y Europa», afirman desde Lombard Odier.
Una gran parte de las miradas van a estar puestas este año en China y una reapertura que se antoja «gradual pero ineludible«, más allá de que la última ola de Covid que avizora al país, y que llevó a múltiples países a adoptar limitaciones para la entrada de pasajeros procedentes del enorme asiático, puede trastocar todas y cada una de las previsiones.
«A nuestro enteder, el desarrollo de reapertura seguirá guiado por un enfoque gradual, y pensamos que lo mucho más posible es que hasta el segundo semestre de 2023 no se genere una reducción importante de las distintas limitaciones provocadas por el Covid-19«, afirman.
La previsión es de un desarrollo del 4% y una inflación baja (2%) a lo largo del año, un resultado que va a ser considerablemente más conveniente que el desarrollo pensado en otras economías clave, si bien piensa un recorte sobre estimaciones precedentes.
Aparte de China y El país nipón, «los países emergentes de Asia superarán substancialmente a otras zonas merced a la resiliencia de Asia meridional».
ASIGNACIÓN DE ACTIVOS
En lo que se refiere a las ocasiones de inversión, François Rimeu, estratega senior de La Française AM, se decanta por los valores de renta fija, singularmente los activos de menor peligro.
«Pensamos que tanto los modelos reales como los nominales (radical corto de la curva) podrían bajar en USA en 2023. Asimismo pensamos que los bonos con nivel de inversión podrían sugerir desempeños parcialmente atractivos en 2023. Somos menos positivos respecto a la renta variable pues un menor desarrollo y una inflación salarial negativa podrían perjudicar a las ventajas. Asimismo somos cautelosos respecto a la parte mucho más osada del mercado de prominente desempeño», resalta.
Su pronóstico para la inflación pasa por un descenso «importante» a lo largo de los próximos meses en USA, acompañado de caídas asimismo en la Eurozona, «pero con mucho más indecisión relacionada con la evolución de los costes del gas».