La madrugada del sábado al domingo se ha marcado con sangre en el desgarrador conflicto de Oriente Medio. Por primera vez en la historia, la nación de Irán ha lanzado un ataque sin precedentes contra Israel, recurriendo al uso de drones equipados con mísiles balísticos. La represalia se produce en respuesta al ataque a la embajada iraní en Damasco a principios de este mes, una acción que los líderes iraníes han calificado de «legítima defensa».
Las fuentes israelíes han estimado que la ofensiva inicial incluyó el lanzamiento de más de 300 proyectiles. El ataque consistió en un mínimo de 170 drones, 30 misiles crucero y 120 misiles balísticos. No fue un esfuerzo solitario de Irán, ya que también contó con la colaboración de milicias proiraníes desde Irak y Yemen.
Después de que se conociera el ataque, sobre las 23 horas, las sirenas de advertencia de ataques comenzaron a sonar en algunas poblaciones de Israel. El Ejército israelí se movilizó para tejer su defensa, con la ventaja de que los drones, en camino, iban a tardar un par de horas en llegar. A primera hora del domingo, desde Israel se confirmó que durante la madrugada el 99% de los lanzamientos habían sido interceptados fuera del espacio israelí.
La defensa israelí, con la ayuda de sus aliados, logró abatir la gran mayoría de los drones. Los daños resultantes del ataque fueron relativamente menores, con «ligeros daños» en una instalación militar y una niña de siete años herida por el impacto de la metralla. La aviación norteamericana, británica, francesa y jordana colaboró en la destrucción de los vehículos aéreos no tripulados antes de que entraran en espacio aéreo israelí.
El vicealmirante Daniel Hagari, jefe de portavoces del Ejército, explicó que los drones y misiles crucero fueron derribados por las Fuerzas Aéreas. Los misiles balísticos, por otro lado, fueron interceptados por Arrow, la avanzada tecnología de largo alcance de Israel, también conocida como Hetz-Arrow, que puede interceptar misiles incluso fuera de la atmósfera terrestre.
El Ejército de Netanyahu cuenta con un sistema de defensa aéreo organizado en múltiples capas que se activan en función de las amenazas. El sistema Arrow se destaca por su eficacia, con proyectiles antibalísticos más efectivos que los misiles Patriot, muy populares para repeler ataques a gran distancia pero menos avanzados.
Desarrollado en 1986 por las industrias aeroespaciales israelíes en colaboración con Boeing, el sistema Arrow se diseñó específicamente para interceptar y destruir misiles balísticos. En la actualidad, las versiones mejoradas Arrow 2 y Arrow 3 están en funcionamiento. La última puede alcanzar objetivos fuera de la atmósfera terrestre o a más de 500 kilómetros de altitud.
La tecnología de Arrow es capaz de neutralizar misiles nucleares, químicos o biológicos en el espacio gracias a su gran precisión y propulsión. Por sus características, otros países se han interesado por esta tecnología. Por ejemplo, Alemania decidió comprar Arrow para tener un sistema de defensa aéreo más efectivo tras el conflicto entre Rusia y Ucrania.