En medio de un año desafiante, las Cooperativas Agroalimentarias de Córdoba han demostrado ser imprescindibles para el sustento económico de la región. A pesar de las dificultades políticas y económicas, la persistente sequía y la falta de rentabilidad en el campo, estas entidades han logrado mantener su volumen de negocio, registrando una facturación de 1.372 millones de euros en 2023. Este monto representa el 13% del total de todas las entidades agroalimentarias andaluzas, una prueba irrefutable de su fortaleza económica.
Estas cifras fueron presentadas durante la Asamblea General de las Cooperativas Agroalimentarias de Córdoba, donde el presidente de la federación, Rafael Sánchez de Puerta, destacó la solvencia de la economía social agraria en la provincia. Sin embargo, también señaló que esta fortaleza no se ha traducido en beneficios igualmente sólidos para los socios de las cooperativas.
Según Sánchez de Puerta, la principal causa de esta falta de rentabilidad es un cúmulo de factores que incluyen la sequía, los cambios en la Política Agrícola Común (PAC), la falta de relevo generacional y muchos otros problemas. Estos desafíos, junto con un difícil contexto político y económico, han lastrado la actividad en el campo.
A pesar de estos obstáculos, el presidente de la federación sigue siendo optimista y enfatizó la necesidad de una agricultura viva e ilusionante. «Tenemos que ser capaces de buscar alternativas y que eso no convierta a los agricultores en delincuentes, como está pasando», dijo.
La sequía y la gestión del agua: desafíos clave para el sector
Uno de los problemas más preponderantes que enfrenta la agricultura de la región es la falta de recursos hídricos. Sánchez de Puerta recalcó que Córdoba almacena el 50 por ciento del agua para una superficie de regadío del 17 por ciento, una situación que considera un agravio comparativo con otros territorios. En este contexto, criticó la gestión del recurso, que calificó de obsoleta y anticuada, siendo la misma desde hace cien años.
Hace un siglo, el agua embalsada se destinaba principalmente a la producción de electricidad, pero hoy en día, las necesidades han cambiado por completo. «Hay que hacer leyes ajustadas a la realidad«, afirmó el presidente de la federación.
Además de abogar por una actualización de las leyes, Sánchez de Puerta también propuso convertir el cambio climático en una oportunidad. En concreto, sugirió que este fenómeno global podría impulsar el desarrollo de los proyectos hídricos necesarios para garantizar la sostenibilidad de la agricultura en la región.
El presidente de la federación provincial se mostró confiado en el potencial de la agricultura cordobesa para adaptarse a estos desafíos. «Creo que son muchas las cosas que se pueden hacer y, desde luego, las estamos haciendo, pero tenemos que encontrar esas soluciones porque ese es el futuro de nuestra tierra», concluyó.
Estas palabras nos recuerdan que a pesar de los retos a los que se enfrenta la agricultura en la provincia de Córdoba, la voluntad y el esfuerzo por encontrar soluciones y adaptarse a los cambios son la clave para garantizar su supervivencia y prosperidad.