El año 2023 supuso un período de ajuste económico significativo para las familias y empresas españolas, quienes tuvieron que adaptarse al encarecimiento de la financiación derivado de la escalada de los tipos de interés. Según el informe publicado por el Banco de España, el sector privado logró reducir su deuda en más de 30.000 millones de euros durante el año pasado. Este esfuerzo por liquidar las cuentas pendientes condujo a una reducción del endeudamiento del subsector en términos de Producto Interno Bruto (PIB), desde el 123,4% hasta el 111,6%, el nivel más bajo en más de veinte años.
Este logro es considerable cuando se compara con la evolución de la deuda del sector público, que aumentó en más de 70.000 millones de euros durante el mismo período. Aunque el crecimiento del PIB ha permitido una ligera disminución de las cuentas pendientes del sector público, del 111,6% al 107,7% del PIB, la reducción realizada por las empresas y las familias ha sido tres veces más significativa, demostrando un notable compromiso con el saneamiento de las finanzas.
En términos absolutos, la deuda consolidada de las empresas no financieras se redujo desde los 958.400 millones de euros en el cuarto trimestre de 2022 hasta los 946.600 millones de euros en diciembre de 2023. En términos porcentuales, la ratio de deuda en relación al PIB disminuyó desde el 71,2% hasta el 64,7% en 2023, un porcentaje no visto desde septiembre de 2002.
Por su parte, la deuda de los hogares disminuyó ligeramente desde los 703.600 millones de euros en diciembre de 2022 hasta los 685.400 millones de euros en el cuarto trimestre de 2023. La ratio de deuda sobre el PIB disminuyó hasta el 46,9% en 2023, desde el 52,3% de un año antes, lo que representa el porcentaje más bajo desde septiembre de 2001.
Es importante destacar que el ritmo de consolidación fiscal del sector privado ha sido mucho más acelerado que el del sector público, especialmente si se considera la evolución de la deuda desde el pico alcanzado durante la pandemia. El sector público ha sido capaz de reducir su deuda en menos de 41.000 millones de euros desde el máximo de 1,914 billones de euros alcanzado en septiembre de 2021. Este dato contrasta con el esfuerzo realizado por el sector privado, que incrementó su endeudamiento en más de 100.000 millones de euros durante la crisis sanitaria, pero dos años y medio después ha logrado reducirlo en 90.000 millones de euros, volviendo casi a la situación previa a la pandemia.
En cuanto a la riqueza financiera neta de las familias españolas e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (Isflsh), se situó en 2,09 billones de euros a finales de 2023, lo que supone un aumento del 9,3% en tasa interanual. Este aumento reflejó una revalorización de 119.800 millones de euros y una adquisición neta de activos financieros de 39.300 millones de euros durante el año. La cifra de activos financieros netos de las familias a cierre del cuarto trimestre equivale al 142,8% del PIB, ratio que fue nueve décimas mayor a la de un año antes.
En términos de instrumentos financieros, la revalorización de los activos se concentró en gran medida en las participaciones en el capital y en fondos de inversión. En la adquisición neta de activos, destacó la inversión en participaciones en fondos de inversión y valores representativos de deuda, que fueron parcialmente compensadas con la reducción del instrumento efectivo y depósitos.
En relación con el PIB, los activos financieros de los hogares y empresas representaron un 193,7% en el cuarto trimestre de 2023, 4,8 puntos porcentuales menos que un año antes, un descenso que se explica exclusivamente por el incremento del PIB nominal. Estos datos reflejan la fortaleza y resiliencia de las familias y las empresas españolas en un contexto económico desafiante, y su capacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes.