El Día Internacional de los Trabajadores, también conocido como el 1º de Mayo, ha sido la plataforma utilizada por los sindicatos mayoritarios de Castilla y León para hacer una «defensa de la democracia». Esta defensa se alinea con las declaraciones realizadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sanchez, antes y después de su inédito periodo de reflexión.
Los líderes de los sindicatos UGT y CCOO en la Comunidad han añadido esta reivindicación a la petición inicial. Estas demandas incluyen la reducción de la jornada laboral y un aumento de los salarios, así como la búsqueda del pleno empleo. La convocatoria de los sindicatos, sin embargo, ha tenido un seguimiento escaso por parte de los ciudadanos de Castilla y León.
A pesar de la baja participación, la protesta contó con la presencia de figuras destacadas como la ministra de Igualdad, Ana Redondo. Redondo, quien estuvo flanqueada por los secretarios generales de UGT y CCOO, Faustino Temprano y Vicente Andrés, defendió que el país «está creciendo» y abogó por la reducción del número de horas trabajadas en España.
Además de la ministra, la manifestación en Valladolid contó con la presencia de varios políticos del PSOE. Esta ciudad registró la mayor participación entre las 14 manifestaciones organizadas por ambos sindicatos. Sin embargo, con 2.700 participantes, según la Delegación del Gobierno, las cifras son algunas de las más bajas de los últimos tiempos. En total, en toda la Comunidad, la asistencia de ciudadanos no superó las 9.000 personas.
Destacada fue la presencia de cargos políticos de la izquierda, como el secretario regional del PSOE, Luis Tudanca, en Burgos. Tudanca estuvo acompañado por la portavoz de la Ejecutiva Federal socialista, Esther Peña, y el senador Ander Gil. Por su parte, el diputado y secretario provincial del PSOE de León, Javier Alfonso Cendón, fue uno de los poco más del millar de asistentes en la marcha de León. Mientras, en Palencia, la alcaldesa de la capital y homóloga de Cendón, Miriam Andrés, se sumó a los 850 palentinos que se movilizaron este Primero de Mayo.
Este acto de protesta y reivindicación, aunque no haya tenido la acogida esperada por los sindicatos, ha servido para poner sobre la mesa demandas laborales y sociales que, según los organizadores, son cruciales para garantizar el bienestar y la equidad en la Comunidad de Castilla y León y en el resto del país. Aunque las cifras de participación han sido bajas, el mensaje contundente de los sindicatos y su llamado a la defensa de la democracia han resonado en las calles y plazas de las principales ciudades de la Comunidad.