El aumento desmedido de las tarifas de flete marítimo amenaza la rentabilidad de las empresas internacionales
En un entorno comercial cada vez más globalizado, la eficiencia y los costos de envío representan un factor crítico para las empresas internacionales. Sin embargo, las compañías de transporte marítimo han anunciado recientemente importantes aumentos en sus tarifas de flete, lo que podría amenazar la rentabilidad de estas empresas.
Las notificaciones de aumentos de tarifas han sido constantes y significativas. Por ejemplo, la naviera CMA CGM ha anunciado recientemente un recargo de «temporada alta» de $1.500 extra por contenedor de 40 pies que se envía de Australia al norte de Europa. Del mismo modo, Hapag-Lloyd ha notificado que, a partir del 1 de julio, aplicará un recargo de $1.000 por contenedor de igual tamaño en todos los viajes desde China, Hong Kong y Macao al subcontinente indio.
Por otro lado, Maersk ha aplicado un extra de $750 a los contenedores enviados desde la UE a Estados Unidos, también como un recargo de «temporada alta». Cabe destacar que estos recargos se aplican por encima del costo del flete en sí, que ha experimentado un aumento exorbitante en los últimos meses. Según el World Container Index de Dewry, el costo del envío ha aumentado en un 256% en comparación con la misma semana de 2023.
El impacto de los crecientes costos de envío para las empresas internacionales
El impacto de estos exorbitantes recargos de flete es significativo para las empresas internacionales. Para ilustrar, los costos de flete desde China, que estaban entre $4.500 y $5.000 en mayo, han subido a un rango de $10.000-$15.000 a finales de junio. Esto representa un golpe sustancial para la rentabilidad de las empresas a menos que puedan trasladar estos costos adicionales al consumidor final, lo que podría provocar un aumento significativo de la inflación.
Por ejemplo, el puerto de Vigo manejó hasta abril el desembarque de 3.021 TEU (unidad de medida para los contenedores) de carga seca procedentes de China. Si se aplicaran los recientes aumentos de tarifas a toda esa mercancía, el sobrecosto sería de más de 16 millones de euros. Esto no incluye los casi 700 TEU embarcados desde la ciudad gallega al continente asiático ni, en particular, los contenedores que deben ser refrigerados porque transportan mercancía congelada.
Las navieras, por su parte, justifican estos recargos como una forma de compensar los costos de viajes más largos, el aumento de la velocidad de navegación y los mayores gastos en combustible.
Múltiples factores impulsan el aumento de las tarifas de flete
El incremento en las tarifas de flete no se debe a una única razón, sino a una confluencia de factores. La firma especializada en comercio internacional Xeneta apunta a la reactivación de la demanda a nivel global, los atascos en puertos de gran importancia, sobre todo en Asia, y las medidas que recuerdan a los tiempos de la COVID-19 como posibles causas.
En particular, la demanda global ha aumentado en casi diez puntos con respecto a la primera mitad del año pasado. Esto ha llevado a más pedidos para transportar, pero estos tardan mucho más tiempo en llegar a su destino debido a los atascos en los puertos. Además, la crisis en el Mar Rojo ha obligado a las navieras a tomar rutas más largas, como la del Cabo de Buena Esperanza, que añade unas 4.000 millas náuticas al trayecto.
Las empresas están optando por mantener niveles de stock más altos para evitar el riesgo de que los productos lleguen tarde. Sin embargo, esta práctica aumenta la tensión en toda la cadena de suministro. Solo Maersk afirma haber alquilado 125.000 contenedores más en las últimas semanas.
Estos factores han llevado a las navieras a fijar tarifas muy elevadas y recargos, y se espera que esta tendencia se mantenga hasta fin de año.
