Imagen de arquivo de un tren Avril de Talgo

El Gobierno español está comprometido en encontrar un nuevo inversor dispuesto a adquirir Talgo, un fabricante español de trenes. Esta decisión viene después de que, hace dos semanas, el consorcio húngaro Magyar Vagon presentara una oferta pública de adquisición (OPA) formal por Talgo, valorando la compañía en 619 millones de euros.

La administración está explorando una fórmula híbrida para la venta, en la que coexistiría un socio financiero y uno industrial. La intención es resolver el problema que Talgo está enfrentando en el desarrollo de los convoyes, que han sufrido múltiples retrasos, y al mismo tiempo evitar que las patentes y la tecnología de la empresa acaben controladas por países o intereses extranjeros.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, afirmó que las autoridades están en contacto continuo con empresas españolas «muy importantes y cotizadas» para tener una alternativa a la compra de Talgo por parte de Magyar Vagon. A esto se suman las declaraciones de Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, quien confirmó que están «barajando diversas alternativas» para que Talgo siga respondiendo a su alto valor estratégico y tecnológico.

Como posible socio financiero, se perfila Criteria, el brazo inversor de la Fundación La Caixa. Criteria es uno de los pocos inversores nacionales con suficiente capital para enfrentar una transacción de este tamaño. Sin embargo, la entidad ha puesto como condición contar con la participación de un socio industrial que tenga conocimiento sobre la fabricación de trenes.

Este es el principal obstáculo que el Gobierno está enfrentando para proponer una ‘contraopa’ en Talgo. En España, CAF, controlado por sus propios trabajadores, Kutxabank y el Instituto Vasco de Finanzas, descartó la operación varias veces en los últimos años. La razón podría ser la poca escalabilidad que proporcionaría la integración al negocio. A nivel internacional, ni Trilantic, principal accionista, ni ningún banco de inversión, han encontrado una empresa dispuesta a entrar en la compañía española en los últimos años.

El Gobierno tiene la llave de la operación. En cualquier momento, por razones estratégicas, podría rechazar la OPA húngara, aunque todavía no se ha tomado una decisión al respecto. El llamado ‘escudo antiopas’ permite al Consejo de Ministros aceptar o denegar una operación de estas características, aunque primero la Dirección General debe enviar la solicitud formal a la Junta de Inversiones Extranjeras (JINVEX), dependiente del Ministerio de Economía, para elaborar un informe no vinculante.

Este organismo estatal recibió el folleto formal de la OPA el pasado 22 de febrero, antes de las vacaciones de Semana Santa y quince días antes que la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores. Además, el Ejecutivo cuenta con varias herramientas y organismos para dar garantías y respaldo al potencial socio industrial, si fuera necesario.

En este contexto, el futuro de Talgo sigue siendo incierto. Sin embargo, una cosa está clara: el Gobierno español está comprometido en encontrar una solución que proteja tanto el futuro de la empresa como los intereses de la economía española.

Por Daniel