Matteo Jorgeson, en el podio final de la París-Niza

El ciclismo es un deporte de resistencia y estrategia, donde los competidores luchan contra el tiempo, la geografía y sus propios límites físicos. Pero en los últimos tiempos, siempre parece haber un ganador constante: el equipo Visma. Anteriormente conocido como Jumbo, el equipo de ciclismo neerlandés ha estado dominando la escena del ciclismo, ya sea a través de su figura principal, Jonas Vingegaard, o de sus nuevos talentos, como el estadounidense Matteo Jorgenson.

Jorgenson, de 24 años, se unió al equipo en la última temporada, dejando atrás al Movistar gracias a una atractiva propuesta económica de Visma. En el ciclismo, como en muchas otras facetas de la vida, el dinero es un poderoso caballero – una idea que el poeta Francisco de Quevedo capturó en su famosa frase. Esta es una verdad que Visma parece haber adoptado, reuniendo a los mejores corredores del mundo, siempre con Vingegaard al frente.

El equipo ganó el Giro con Primoz Roglic, el Dauphiné y el Tour con Vingegaard, y la Vuelta con Sepp Kuss, antes de que las carreras del World Tour regresaran esta semana con la París-Niza y la Tirreno-Adriático. Además, cuentan con Wout van Aert para las pruebas de un día. Pero a pesar de su dominio, no se amedrentan ni se desmoronan cuando se enfrentan a corredores del calibre de Tadej Pogacar o Mathieu van der Poel.

En la reciente carrera de París-Niza, Roglic se mantuvo alejado del podio, terminando en novena posición a más de cinco minutos de Jorgenson. Sin embargo, esto no detuvo a Jorgenson de hacer historia. El joven estadounidense rompió una maldición que había perseguido a los ciclistas de su país durante más de una década: no habían ganado una carrera por etapas de la primera categoría del ciclismo desde que Floyd Landis se llevó la París-Niza en 2006.

La hazaña de Jorgenson no pasó desapercibida. Remco Evenepoel, uno de los pocos corredores de alto nivel que no viste el amarillo de Visma, se propuso ganar la París-Niza en la última etapa. A pesar de su valiente esfuerzo, que le permitió ganar la última etapa, el segundo lugar en la general, y las clasificaciones de regularidad y montaña, no pudo arrebatarle a Jorgenson el codiciado jersey amarillo.

Ahora, Evenepoel tiene la oportunidad de desafiar al Visma en la próxima Itzulia, del 1 al 6 de abril, donde se enfrentará a Vingegaard y Roglic. Mientras tanto, Pogacar intentará romper la racha del equipo neerlandés en la Volta, que comienza el 18 de marzo, aunque siempre deberá estar atento a las estrategias de Visma y Kuss.

Por otro lado, Vingegaard aseguró la general de la Tirreno-Adriático en una etapa final ganada por Jonathan Milan. En cuanto a la representación española, el único ciclista que destacó fue Juan Ayuso, de 21 años, que logró ganar la contrarreloj inicial para terminar segundo en la general en la pequeña ronda italiana. Otros ciclistas españoles como Carlos Rodríguez, Enric Mas y Pello Bilbao aún están en proceso de alcanzar su mejor forma física en este inicio de temporada.

El ciclismo de alto nivel regresa el próximo sábado con la disputa de la Milán-San Remo, y todos los ojos estarán puestos en el equipo Visma, que continúa dominando el deporte. A medida que avanzamos en la temporada, será interesante ver si algún equipo o ciclista puede desafiar su dominio y llevarse el codiciado jersey amarillo.