El dramático impacto del cambio climático se está sintiendo con fuerza en los ecosistemas naturales de todo el mundo. Uno de los ejemplos más evidentes de estas transformaciones puede encontrarse en nuestras zonas boscosas y parques, hogar de los pinos y de las diminutas criaturas que dependen de estos árboles para sobrevivir.
Procesionarias del pino (Thaumetopoea pityocampa), son insectos autóctonos de las regiones mediterráneas que se han adaptado a la vida en este tipo de entornos. Aunque son pequeñas, su impacto en los ecosistemas es enorme, y su presencia se ha convertido en un problema creciente debido a las condiciones cambiantes provocadas por el calentamiento global.
Las orugas procesionarias del pino son conocidas por su peculiar comportamiento de agruparse en fila y moverse en procesiones. Esto, junto con su potencial urticante, las hace fácilmente reconocibles para aquellos que han tenido la oportunidad de presenciar su desplazamiento.
Sin embargo, en los últimos años, estos insectos han comenzado a aparecer en lugares y momentos inusuales. Tradicionalmente, se esperaba que las procesionarias del pino hicieran su aparición a ras de suelo en primavera, especialmente a partir de marzo. Sin embargo, el inusual calor registrado en invierno ha alterado este patrón, con las orugas comenzando a emerger entre diciembre y enero, hasta tres meses antes de lo normal.
La ecóloga Mireia Banqué, del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), explica que este fenómeno se debe a que el ciclo de vida de las procesionarias del pino, como el de muchos otros insectos, depende en gran medida de las temperaturas. El calentamiento global y las temperaturas inusualmente altas registradas durante los meses invernales están alterando el ciclo vital de estos insectos, lo que resulta en una reproducción más rápida y una eclosión temprana.
La expansión de las procesionarias del pino no sólo se ha adelantado, sino que también parece haberse extendido a regiones donde hasta ahora no se esperaba encontrarlas. «Cada vez se detectan a altitudes mayores», afirma Josep Comellas, del cuerpo de Agents Rurals.
Además de su aparición temprana, hay otra preocupación asociada a las procesionarias: su impacto en la salud humana y animal. Estos insectos son altamente urticantes para los humanos y pueden ser mortales para los animales, lo que ha llevado a varios ayuntamientos a iniciar campañas para alertar a sus ciudadanos.
Jorge Galván, director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), señala que la forma más eficaz de controlar las poblaciones de estos insectos es tomar medidas preventivas cuando aún están en sus nidos. Dado que las orugas están eclosionando antes, sugiere que los tratamientos preventivos deberían adelantarse al otoño.
Este fenómeno no sólo se está observando en los bosques, sino también en zonas urbanas de toda la Península Ibérica. Los tratamientos aplicados para minimizar el daño ocasionado por estos animales varían en función del entorno. En los bosques, se realizan tratamientos aéreos con helicópteros, mientras que en las ciudades, se aplican métodos más localizados.
En Catalunya, la situación es especialmente preocupante. Los bosques de pino de la región ya están sufriendo por una sequía extrema, y la presencia de las procesionarias del pino, que se alimentan de estos árboles, podría agravar la situación.
Para monitorear este fenómeno y cuantificar los daños causados por las procesionarias en los bosques, un equipo de científicos catalanes ha creado un proyecto de ciencia ciudadana llamado ‘Alerta forestal’. Los ciudadanos pueden notificar cualquier incidencia relacionada con la procesionaria, la sequía o el viento, permitiendo a los expertos estudiar más en profundidad este fenómeno.
En resumen, el cambio climático está afectando a nuestras regiones boscosas de formas que no podríamos haber previsto. Las procesionarias del pino son solo un ejemplo de cómo las criaturas más pequeñas pueden tener un impacto significativo en nuestros ecosistemas, y es crucial que tomemos medidas para entender y mitigar estos efectos.
