El gobierno de Estados Unidos ha detenido un envío de bombas a Israel tras la falta de respuesta de este último a las preocupaciones de Washington sobre sus planes de invadir Rafah, en el sur de Gaza, según reveló un alto funcionario estadounidense. Esta medida que marca un choque entre los aliados de larga data, se produjo en el contexto de tensiones en aumento y crecientes incertidumbres en el Medio Oriente.
«La semana pasada detuvimos un envío de armas. Se trata de 1.800 bombas de 907 kilos y 1.700 bombas de 226 kilos«, dijo un alto cargo de la administración del presidente Joe Biden, bajo condición de anonimato. El funcionario agregó que aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre cómo proceder con este envío, lo que pone a prueba la ya tensa relación entre los dos países.
La decisión de la administración Biden se tomó en un momento en que parecía que Israel estaba a punto de lanzar una gran operación terrestre en Rafah, una acción a la que Washington se ha opuesto firmemente. La posición de Estados Unidos, aunque ha suscitado críticas de aquellos que ven a Israel como un aliado clave en la región, refleja una creciente preocupación por el curso de las acciones militares israelíes y su impacto en la estabilidad regional.
Funcionarios israelíes y estadounidenses han estado considerando alternativas a la operación en Rafah, pero estas discusiones, según el alto funcionario, «están en curso y no han satisfecho del todo nuestras preocupaciones.» Esto sugiere que aún existe un margen significativo de desacuerdo entre los dos países sobre cómo manejar la situación en Gaza.
«Conforme los líderes israelíes parecían aproximarse a un punto de decisión sobre esa operación, comenzamos a revisar cuidadosamente las transferencias de ciertas armas hacia Israel que podrían usarse en Rafah. Esto se inició en abril», dijo el funcionario. El comentario del funcionario refuerza la impresión de que Washington está adoptando una postura más crítica hacia las acciones de Israel en la región.
El funcionario estadounidense también reveló que Washington estaba «especialmente enfocado» en el uso de las bombas más pesadas, de 907 kg, y en el impacto que podrían tener en sitios urbanos densos, como se ha visto en otras partes de Gaza. Esta preocupación refleja la creciente consternación internacional sobre el daño a los civiles y la infraestructura en los ataques aéreos israelíes.
El Departamento de Estado de Estados Unidos aún está revisando otras transferencias de armas, como los sistemas de bombas de precisión JDAM, añadió el funcionario. Esto indica que la suspensión del envío de bombas a Israel podría ser sólo la punta del iceberg en términos de revisión de la asistencia militar de Estados Unidos a Israel.
Mientras tanto, Israel envió tanques a Rafah el martes y capturó el cruce fronterizo con Egipto. Sin embargo, la Casa Blanca afirmó que Israel había prometido que se trataba de una «operación limitada». Tal declaración de la Casa Blanca sugiere que, a pesar de la creciente presión, Estados Unidos todavía está buscando formas de mantener su relación con Israel sin respaldar inequívocamente sus acciones militares.
En general, la decisión de detener el envío de bombas a Israel marca un cambio significativo en la postura de Estados Unidos hacia su aliado. Aunque el futuro de las relaciones entre los dos países sigue siendo incierto, lo que está claro es que la administración Biden está dispuesta a tomar medidas firmes para abordar sus preocupaciones sobre las acciones militares de Israel en Gaza.
A medida que la situación en Gaza continúa evolucionando, el equilibrio de las relaciones entre Estados Unidos e Israel podría seguir cambiando, dependiendo de cómo cada uno de estos actores responda a los desafíos y oportunidades que surjan en el futuro. No obstante, lo que resulta evidente en este momento es que la administración Biden está dispuesta a revisar y, si es necesario, ajustar su política hacia Israel en respuesta a sus acciones en la región.