Bob Voulgaris, con su perro Oscar, en la celebración del ascenso a Segunda División del CD Castellón.

El ascenso histórico del CD Castellón: un triunfo impulsado por el ‘big data’ y el amor por un perro

Cuando el CD Castellón selló su ascenso directo a la Segunda División del fútbol profesional, la ciudad estalló en una celebración ruidosa. Pero entre las multitudes y el júbilo, un nombre inusual resonó en los cánticos de la multitud: Oscar, un perro. No cualquier perro, sino el del propietario del club, el greco-canadiense Haralabos ‘Bob’ Voulgaris.

Llegado hace dos años a la ciudad, Voulgaris y su confiable compañero canino se han convertido en íconos locales, y el hombre detrás del gran ascenso del club es tan adorado como el perro que lleva su nombre. Pero la historia de este ascenso no es solo una de amor por un perro y un club de fútbol. Es también una historia de inversión, innovación y un enfoque apasionado de ‘big data’.

Aquellos que han visto la película ‘Moneyball’ entenderán el enfoque de Voulgaris. Como en la película, ha utilizado la ciencia de datos para transformar la forma en que el club opera. Además de sanear las cuentas del club, Voulgaris invirtió en personal, incluyendo analistas del juego que utilizan métodos similares a los empleados en la película para descifrar el fútbol. Este no fue su primer rodeo con la aplicación del big data en los deportes; anteriormente había implementado este método en los Dallas Mavericks de la NBA.

Voulgaris, originalmente un estudiante de filosofía, se hizo un nombre por primera vez en 1999 cuando apostó todos sus ahorros, unos 80.000 dólares, a que los Lakers de Shaquille O’Neal y Kobe Bryant ganarían el título de la NBA. Acertó, y así comenzó su leyenda como un apasionado de los números que utilizaba las matemáticas, los datos y un equipo de expertos para apostar con seguridad, especialmente en baloncesto.

Su habilidad para desentrañar los secretos del juego atrajo la atención de Marc Cuban, propietario de los Dallas Mavericks. Cuban contrató a Voulgaris para mejorar el scouting y el rendimiento de los jugadores. Pero después de un tiempo, Voulgaris dejó el baloncesto y se volvió hacia el fútbol. Compró el CD Castellón en 2022 por unos 4 millones de euros, y comenzó su revolución en el fútbol.

Voulgaris, un hombre de 48 años sin afiliación particular a ningún lugar, se mudó a una residencia entre Benicàssim y Oropesa con su perro Oscar y procedió a agitar al club de arriba a abajo. Cambió al entrenador y al director deportivo, y comenzó a implementar su enfoque basado en datos en el club.

Con la contratación del técnico holandés Dick Schreuder, hermano de Alfred Schreuder, ex asistente de Ronald Koeman en el banquillo del FC Barcelona, Voulgaris continuó su revolución basada en datos. A su enfoque se le atribuye una gran parte del éxito del club, y Voulgaris ha demostrado ser un propietario comprometido y presente, asistiendo a la mayoría de los partidos y entrenamientos y participando activamente en las reuniones técnicas.

Y a su lado, siempre está Oscar, el perro que ha humanizado a Voulgaris y se ha convertido en un símbolo de la nueva era del club. Ya sea en el palco, en los vestuarios o en las reuniones con el Ayuntamiento, Oscar siempre está presente, lo que le ha dado a Voulgaris un toque de accesibilidad y calidez.

A pesar de su enfoque en los números y los datos, Voulgaris también ha demostrado su habilidad para conectarse con los aficionados y participar en la alegría del club. Su ambicioso proyecto es llevar al CD Castellón a la Primera División en un plazo de cinco años. Y con su enfoque innovador, su inversión y su amor por un perro llamado Oscar, no hay razón para dudar de que pueda lograrlo.