El DDT: un veneno persistente que sigue dañando el medio ambiente y la salud humana
El DDT (dicloro difenil tricloroetano), un insecticida que ha estado prohibido en la mayoría del mundo durante décadas debido a sus riesgos cancerígenos documentados para los humanos, sigue teniendo un impacto perjudicial en el medio ambiente y, por lo tanto, en la salud humana. A pesar de que fue prohibido en los años 70 en Estados Unidos y en los años 90 en España, estudios recientes revelan que los efectos del DDT persisten hasta el día de hoy.
El DDT comenzó a usarse ampliamente en la agricultura tras la publicación en 1962 del libro ‘Primavera silenciosa’ de Rachel Carson, que alertó sobre los daños que este producto estaba causando. La contaminación por DDT ha sido un problema especialmente serio en las costas de Los Ángeles, donde se arrojaron cientos de toneladas de este producto al mar durante la segunda mitad del siglo XX. Los restos de los barriles que contenían DDT todavía se encuentran en el fondo del mar, a 900 metros de profundidad.
Un equipo de científicos ha estado investigando durante años hasta qué punto el DDT sigue ingresando en la cadena alimentaria. En un estudio reciente, identificaron pequeños zooplancton y peces de aguas medias y profundas como posibles vínculos entre el sedimento contaminado y el ecosistema en general.
Persistencia del DDT en la cadena alimentaria
Por primera vez, los análisis químicos confirmaron que estos organismos de aguas profundas están contaminados por numerosos compuestos relacionados con el DDT.