La tradición de la Cuaresma y la anticipación por la llegada de la Semana Santa se perciben en cada rincón de Córdoba. No hace falta consultar el calendario para notarlo: los indicios están en las calles, en las iglesias y en el aire que se respira en la ciudad. A medida que los días avanzan, la ciudad se va perfilando para una de las celebraciones más importantes del año.
Uno de los signos más evidentes de la llegada de la Semana Santa son los pasos que empiezan a perfilarse en las iglesias. Estas representaciones artísticas y simbólicas de la Pasión de Cristo son un elemento esencial de la celebración, y su preparación requiere de meses de trabajo y dedicación. Cada detalle cuenta, desde el diseño y la elaboración de las figuras, hasta su colocación y exhibición en los templos.
En Córdoba, destacan los pasos de algunas cofradías como la de la Expiración, que cada año despiertan la admiración de locales y visitantes. En una imagen, se puede apreciar a un hermano de la Expiración, junto a la Virgen del Rosario, en un momento de recogimiento y dedicación. Se trata de un retrato que captura la esencia de estos días: la fe, la devoción y el compromiso de quienes viven la Semana Santa desde dentro.
Pero no solo las iglesias se preparan para la llegada de la Semana Santa. Las tiendas también se suman a la celebración, ofreciendo productos y servicios relacionados con la festividad. Desde los trajes de nazareno hasta los elementos de decoración para los pasos, las últimas compras se convierten en un ritual más de la Cuaresma.
Las calles de la ciudad también se transforman para acoger los desfiles procesionales. Los recorridos se limpian y se acondicionan, las sillas y tribunas se instalan, y los balcones se adornan en señal de respeto y devoción. Todo está listo para que, llegado el momento, Córdoba se convierta en un escenario de fe y tradición.
La Semana Santa de Córdoba es mucho más que una celebración religiosa. Es un fenómeno social y cultural que atrae a miles de visitantes cada año. La ciudad se llena de color y música, de saetas y tamboradas, de aromas de incienso y flores. Pero, sobre todo, se llena de emociones y sentimientos que solo se pueden experimentar en estas fechas.
A medida que la Semana Santa se acerca, la expectación crece. Las cofradías ultiman los detalles de sus pasos, los comercios se llenan de clientes y las calles de Córdoba se visten de gala. Pero, más allá de los preparativos y las compras, lo que realmente importa es el espíritu de la Semana Santa: un espíritu de fe, de comunidad y de tradición que se renueva cada año.
Y así, entre pasos que se perfilan en las iglesias y las últimas compras que se hacen, Córdoba se prepara para vivir una vez más la Semana Santa. Una Semana Santa que, a pesar de los cambios y las adversidades, mantiene intacta su esencia y su significado. Porque, al final, eso es lo que hace que la Semana Santa de Córdoba sea única e inolvidable.