radiografía de la brecha entre territorios en la declaración de la Renta

Según las estimaciones de la Agencia Tributaria, más de 23 millones de contribuyentes están llamados a ajustar cuentas con la Hacienda Pública por los rendimientos de trabajo y capital obtenidos durante 2023. Este proceso no ofrecía un resultado muy diferente con independencia de dónde se hiciera la declaración de la Renta, al menos entre las llamadas autonomías de régimen común. Sin embargo, la cesión a las autonomías de la gestión y la recaudación del 50% del IRPF declarado en sus territorios cambió el panorama.

El Registro de Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas (REAF), que cada año publica la obra referencial sobre las novedades de la fiscalidad territorial, constató que ya no hay ni una sola tarifa autonómica que se corresponda con el modelo de base estatal. La capacidad normativa sobre el IRPF que se les entregó a los gobiernos autonómicos en la reforma del año 2009 ha generado un panorama fiscal absolutamente fragmentado. Las brechas fiscales entre territorios del régimen común pueden ser de hasta 400 euros para contribuyentes con rendimientos declarados de 30.000 euros, de 800 euros para rentas de 45.000, de más de 1.500 para contribuyentes con rentas de 70.000 euros y pueden rondar los 50.000 euros en los que se mueven en la esfera de los 600.000 euros de rendimientos del trabajo.

Estas cifras son las diferencias que se observan para esos niveles de renta en los ejemplos realizados por el REAF a partir de los tramos y las tarifas vigentes en cada una de las comunidades autónomas. Los ejemplos se refieren a un perfil de contribuyente muy concreto: que obtiene únicamente rentas del trabajo, es soltero, menor de 65 años y sin hijos. Estos ejemplos no tienen en cuenta la miríada de desgravaciones fiscales que salpican los regímenes tributarios regionales, que pueden reducir la carga fiscal a personas concretas pero que no ayudan a una comparación fiel. A la luz de estos ejemplos se puede aproximar de forma fiable dónde se pagan más impuestos y dónde menos por las rentas obtenidas.

Sin ‘dumping’ fiscal en las rentas más bajas

Si eres residente fiscal en España y declaras rentas por debajo de 20.000 euros no tienes que preocuparte del célebre ‘dumping’ fiscal. Según el REAF, las rentas de 20.000 euros pagan exactamente los mismos impuestos residan donde residan con la única excepción de las Haciendas Forales, donde pagan entre 228 y 268 euros más en impuestos. El panorama varía algo más para las rentas inferiores a 16.000 euros obligadas a presentar declaración, con rebajas puntuales en Andalucía, Madrid, Comunidad Valenciana y Galicia con diferencias máximas de 23 euros.

El IRPF catalán exprime a las clases medias

Según las estadísticas de IRPF de la Agencia Tributaria, en el tramo entre 30.000 y 60.000 euros se concentra el 20% de los contribuyentes, pero más del 33% de la recaudación que se obtiene cada año por el Impuesto de la Renta. Las rentas medias constituyen el auténtico núcleo duro del impuesto, su principal sostén recaudatorio y, por tanto, el segmento más delicado en cualquier cambio regulatorio.

Y según los ejemplos del REAF tanto para rentas de 30.000 euros como para rentas de 45.000 euros, donde más IRPF se paga de toda España es en Cataluña. Los poco más de 5.000 euros que se dejan en el IRPF las rentas de 30.000 euros catalanas superan en 50 euros lo que pagan los asturianos (segundo en el ránking), en 57 euros la factura de sus vecinos aragoneses y en 235 la de los valencianos. Si la comparación se traza con Madrid la brecha se ensancha hasta los 440 euros, que son 500 euros si se comparan con los contribuyentes vascos.

Las diferencias se ensanchan en el caso de los contribuyentes con 45.000 euros que pagan 9.688,59 euros por IRPF frente a las cantidades más modestas que pagan los gallegos (9.334,31 euros), los riojanos (9.023,27 euros) o los madrileños (8.886,31 euros). Hay diferencias amplias entre zonas limítrofes también en las rentas medias. La diferencia entre residir en Galicia o en Asturias es de 180 euros, entre Cataluña y la Comunidad Valenciana es de 300 euros y entre Madrid y sus territorios limítrofes llega a ser de 500 euros, con Castilla-La Mancha.

El atractivo fiscal de Madrid para las rentas más altas

Si se sube de escalón, a las rentas de 70.000 euros, Extremadura pasa a ser la región donde se paga más por IRPF (19.517,60 euros), seguida por Comunidad Valenciana (19.213 euros) y de nuevo Cataluña (19.200 euros). Donde menos se paga es en las haciendas forales vascas (17.726 euros) y en Madrid (17.981 euros).

A partir de los 110.000 euros la Comunidad Valenciana pasa a ser el territorio donde se pagan más impuestos y Madrid donde menos, incluso por delante de las Haciendas Forales., con brechas que superan los 3.600 euros en los extremos pero que con asiduidad se mueven entre 500 y mil euros.

Un contribuyente que declara una renta de 220.000 euros paga 94.528 euros en la Comunidad Valenciana, más de 90.000 euros en Aragón, Canarias, Extremadura, La Rioja y Navarra y menos de 85.000 euros solo en Castilla y León, y la Comunidad de Madrid.

Un contribuyente que gane 600.000 euros puede ahorrar hasta 47.000 en función de donde fije su residencia. Esa es la diferencia entre la autonomía que ofrece el marco fiscal más amigable en IRPF, la Comunidad de Madrid, donde pagaría 251.768 euros, y el que tiene el tipo más alto, la Comunidad Valenciana, donde pagará 298.014 euros. La factura de IRPF de un contribuyente catalán con ese nivel de renta ascendería a 277.311 euros, la de un vasco a 272.792 euros, la de una gallego a 263.019 euros, la de un andaluz a 263.120 euros, la de un asturiano a 278.020 euros y la de un castellano-manchego a 263.184 euros.