Barcelona se lleva la victoria en un emocionante tercer partido contra el Olympiacos
El tercer partido de la serie entre el Barcelona y el Olympiacos prometía ser más que un simple espectáculo de baloncesto. Este encuentro serviría para inclinar la balanza de la eliminatoria a favor de uno de los equipos y dar un giro a las apuestas. Tras el emocionante enfrentamiento, los colores azulgrana (2-1) son los que ahora resaltan en la serie. Sin embargo, la situación no ha cambiado drásticamente respecto al panorama previo al viaje a Atenas. La necesidad de ganar al menos un partido seguía siendo imperativa. Si el Barcelona logra ganar el segundo partido dentro de dos días, la eliminatoria quedará resuelta. Pero si no lo logra, el equipo siempre podrá contar con el Palau Blaugrana.
La victoria del Barcelona no fue un camino de rosas. Requirió un esfuerzo titánico y una demostración de resiliencia y tenacidad por parte de los jugadores. El partido necesitó una prórroga tras el empate en el tiempo reglamentario con dos puntos de Laprovittola (71-71). Los checos Satoransky (5) y Vesely (4) se repartieron los puntos en la prórroga y con el segundo empate (80-80), y a falta de dos décimas, Petrusev cayó en la trampa de un triple de Jabari Parker. El americano anotó dos tiros y falló el tercero intencionalmente.
El partido comenzó con los mismos quintetos del segundo partido. El inicio errático reveló la alta tensión que iba adquiriendo la serie, reflejada en la puntuación escasa que ambos equipos cosecharon (13-13). Fue una carrera frenética en la que se sucedieron los errores, que parecieron contagiar al Barcelona, quien normalmente mostraba mayor estabilidad en sus primeros tiros. De no haber sido por la prórroga, este habría sido el marcador más escaso de los tres partidos.
El Olympiacos consiguió corregir una de sus grandes carencias: el rebote ofensivo. A pesar de que en partidos anteriores siempre obtenía menos que el Barcelona, esta vez logró equilibrar la contienda y ganar nuevas opciones de tiro. Sin embargo, la tarea de mejorar su acierto en los triples, dada la acumulación de bajos porcentajes, quedará para otro día. Por su parte, el Barcelona vio cómo su porcentaje en triples se veía afectado por la intensa defensa del Olympiacos, recordando a un ausente Darío Brizuela. El jugador, inédito en los dos partidos anteriores, jugó los últimos tres minutos de la primera parte, falló dos triples y anotó una canasta de dos puntos.
La clave estuvo en los rebotes
En el segundo tiempo, los azulgranas comenzaron a recuperarse gracias a su superioridad en los rebotes. Satoransky, Laprovittola y Parker anotaron tres triples consecutivos que ajustaron el marcador que parecía desfavorable con el 37-29 del segundo cuarto. Esta ventaja del Olympiacos se transformó en un 51-57 para el Barcelona al concluir el tercer cuarto, gracias a un triple contra el tablero de Parker. Rubio luchó como un león y, además de pasar el balón a Hernangómez, se convirtió en el segundo mejor reboteador del equipo, y el que más en el aro contrario.
Rubio luchó tanto que acumuló cuatro faltas, igual que Vesely, lo que interrumpió el ataque del Barcelona. El Olympiacos aprovechó para tomar una ventaja de seis puntos (69-63), momento en el que todo el pabellón se puso en pie para disfrutar del final. Sin embargo, dos triples de Abrines calmó los ánimos. El partido aún no había acabado y lo que vendría a continuación dejaría a todos boquiabiertos.
En definitiva, el tercer partido entre el Olympiacos y el Barcelona fue una verdadera batalla de baloncesto. Ambos equipos demostraron su tenacidad y habilidad, y aunque el Barcelona salió victorioso, el Olympiacos mostró que no se rendirá fácilmente. La serie aún está lejos de resolverse y todos los ojos estarán puestos en el próximo encuentro. Con esta victoria, el Barcelona ha demostrado que está dispuesto a luchar hasta el final. El próximo partido promete ser igual de emocionante, si no más.