Todo irá bien
«El Madrid nunca ha sido nacionalista ni le ha importado la procedencia de sus jugadores y sólo está interesado en su calidad. Es lo que corresponde a una ciudad acogedora, hecha de la suma de diferencias armonizadas»
Indignación porque el Madrid juegue sin españoles. Indignación cateta, cantonal, pero sobre todo inculta. El Madrid ha sido siempre un intento de superar la estrechez española. Cuando Raimundo Saporta y Santiago Bernabéu crearon la Copa de Europa fueron objeto del desprecio y la burla por parte de quienes no comprendían la magnitud de su visión. El Real Madrid, desde sus orígenes, ha sido un club cosmopolita, que ha buscado la excelencia sin importar la procedencia de sus jugadores.
El Real Madrid y su filosofía universal
La ciudad de Madrid, como bien se sabe, es una metrópoli abierta, acogedora y diversa. Así, el Real Madrid no puede ser de otra manera. En sus filas han militado jugadores de todos los continentes, y es esa pluralidad la que ha enriquecido su historia y su palmarés. No se trata simplemente de una cuestión de calidad deportiva, sino de una filosofía que trasciende las fronteras y las nacionalidades.
El Santiago Bernabéu ha visto desfilar a figuras emblemáticas como Di Stéfano, Puskás, Ronaldo y Zidane, nombres que no sólo aportaron talento, sino que también dejaron una huella imborrable en el corazón de los aficionados. Es por esto que resulta cuanto menos anacrónico y limitado criticar al club por la falta de jugadores españoles en su alineación. El Real Madrid representa una ideología de integración y competitividad global que va más allá de la simple geografía.
En la reciente controversia, algunos sectores han mostrado su descontento porque el equipo titular del Real Madrid no incluía a jugadores españoles. Sin embargo, esta crítica olvida que el fútbol moderno es un fenómeno global, y los clubes de élite compiten en una arena internacional donde la calidad y el rendimiento son los únicos criterios que importan.
Desde su fundación en 1902, el Real Madrid ha tenido una visión internacional. La creación de la Copa de Europa fue un hito fundamental que marcó el inicio de una nueva era en el fútbol. Raimundo Saporta y Santiago Bernabéu entendieron que para ser los mejores, debían enfrentarse a los mejores, sin importar de dónde vinieran. Esta mentalidad de apertura y ambición universal ha sido una constante en la historia del club.
En el contexto actual, donde el fútbol es un reflejo de la sociedad globalizada, el Real Madrid sigue siendo un ejemplo de cómo la diversidad puede ser una fortaleza. La presencia de jugadores de diferentes países no sólo enriquece el juego, sino que también promueve valores de tolerancia y entendimiento mutuo.
Además, es importante destacar que el club no ha dejado de lado el talento nacional. Las categorías inferiores del Real Madrid son una cantera de jóvenes promesas españolas que, con el tiempo, pueden llegar al primer equipo. La combinación de veteranos internacionales y jóvenes talentos locales es la fórmula que ha permitido al Real Madrid mantenerse en la cima del fútbol mundial.
La ciudad de Madrid, con su carácter acogedor y cosmopolita, es el escenario perfecto para un club que se enorgullece de su diversidad. La capital española es un crisol de culturas, y el Real Madrid es un reflejo de esa realidad. La procedencia de los jugadores es irrelevante cuando se trata de construir un equipo que aspire a la excelencia.
El Real Madrid ha demostrado una y otra vez que su éxito no depende de la nacionalidad de sus jugadores, sino de su talento y dedicación. La globalización ha transformado el deporte, y el club ha sabido adaptarse a estos cambios sin perder su esencia. La calidad es el único criterio que importa, y eso es lo que hace del Real Madrid un equipo único y admirado en todo el mundo.
En conclusión, criticar al Real Madrid por no tener jugadores españoles en su alineación titular es un reflejo de una mentalidad reduccionista que no comprende la verdadera naturaleza del fútbol moderno. El club debe seguir fiel a su filosofía de integración y excelencia, sin importar las voces disonantes que pretendan imponer límites artificiales. La historia y los éxitos del Real Madrid son la mejor prueba de que la diversidad es una fuerza imparable, y su legado seguirá creciendo en el panorama global del fútbol.