Una cadena humana rodea la Xunta en protesta contra Altri

Manifestantes gallegos exigen a la Xunta que proteja los intereses de todos, no solo de empresas privadas

En una notable demostración de unidad y resistencia, miles de gallegos se congregaron este domingo en Santiago, rodeando la sede del Ejecutivo autonómico. El motivo de la protesta fue la instalación de la fábrica de fibras textiles y lyocell en Palas de Rei (Lugo). Los manifestantes exigieron de la Xunta que «vele por los intereses de todos los gallegos y no solo por los intereses de una empresa privada», según la portavoz de la asociación Ulloa Viva, Marta Gontá.

La concentración estuvo llena de proclamas apasionadas como ‘A auga é nosa e non da celulosa’ y ‘Rueda, recúa, a auga non é túa’, que se traducen como ‘El agua es nuestra, no de la celulosa’ y ‘Rueda, retrocede, el agua no es tuya’, respectivamente. La protesta fue convocada por la asociación Ulloa Viva y la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa.

«No vamos a parar hasta que este proyecto se paralice, porque atenta directamente contra nuestro modo de vida», declaró Gontá. La portavoz afirmó que aproximadamente 30.000 gallegos están exigiendo a la Xunta que los escuche, que se reúna con ellos para que entiendan las razones por las que rechazan la planta. «No estamos en contra de la industria, estamos en contra de la industria altamente contaminante que rompe con nuestra manera de vivir», aseveró, añadiendo: «El problema está en qué se entiende por progreso».

La mina de Touro-O Pino, otro objetivo de las protestas

Además de la planta de Palas, la mina de Touro-O Pino fue otro punto de atención durante la protesta. La semana pasada, la Xunta declaró la mina como Proyecto Industrial Estratégico, lo que aumentó las preocupaciones de los residentes y ambientalistas. Las consignas escuchadas desde el palco incluyeron «no es solo Altri o Cobre San Rafael», y «el objetivo es parar los dos proyectos».

El Bloque Nacionalista Galego consideró la concentración como «una prueba evidente de que hay una mayoría social en Galicia que se opone» a la construcción de lo que su viceportavoz primera, Olalla Rodil, definió como una macrocelulosa que Altri y el Partido Popular proyectan en la comarca de A Ulloa. Rodil pidió a la Xunta que no imponga la construcción de lo que sería «una bomba ambiental en el corazón de Galicia», que forma parte de un «modelo depredador y colonial».

La alcaldesa compostelana, Goretti Sanmartín, también estuvo presente en la protesta. Celebró el «éxito» de la convocatoria y criticó la inversión de 250 millones de euros en el controvertido proyecto. Según ella, ese dinero estaría mejor invertido en un proyecto a favor de los sectores productivos de toda la comarca de A Ulloa, lo que generaría empleo sostenible.

Las Xuventudes Socialistas también se unieron a la protesta, a pesar de la ambigüedad mostrada hasta la fecha por la dirección del PSdeG. En una declaración clara y audaz, se opusieron «a la mentira de Altri».

La Xunta reafirma su postura

El presidente autonómico, Alfonso Rueda, reiteró en una entrevista concedida a Radio Galega que ningún proyecto que no cumpla la normativa será autorizado. Explicó que la ley de simplificación de trámites ambientales tiene como objetivo facilitar la tramitación, pero será «muy garantista». «En Galicia no se va a autorizar, como hasta el momento, pero vuelvo a decirlo: no se va a autorizar ninguna industria o ninguna actividad que no cumpla rigurosamente con la normativa ambiental», aseguró.

La protesta de este domingo en Santiago es una clara señal del creciente descontento de los gallegos con la instalación de industrias altamente contaminantes en su región. Las voces de miles de manifestantes se unieron para exigir a la Xunta que proteja los intereses de todos los gallegos y no solo los de las empresas privadas.