En verano proliferan las medusas en la costa

Las medusas y su proliferación en las costas españolas: Consecuencias del cambio climático y la acción humana

Cada verano, las costas españolas se ven invadidas por un fenómeno poco valorado y hasta considerado molesto por muchos: la proliferación de medusas. Estos animales, a menudo percibidos como una amenaza para los bañistas debido a las toxinas que transmiten sus tentáculos, han aumentado significativamente su presencia en los últimos años. ¿El motivo? Los problemas medioambientales causados por la acción humana.

El cambio climático y el consecuente incremento de la temperatura del mar, la reducción de los depredadores por la sobrepesca y la contaminación orgánica en los océanos contribuyen a crear un hábitat más propicio para las medusas y alargan su temporada de aparición, explica Marta Martín-Borregón, responsable de la campaña de océanos y pesca de Greenpeace.

Las medusas, pertenecientes a la misma familia que los corales y las anémonas (cnidarios), son más abundantes en aguas templadas y zonas cálidas. Según Martín-Borregón, los cambios en la temperatura del mar favorecen la liberación de medusas por parte de los pólipos, una fase inicial del ciclo de vida de estos animales.

La alteración de los hábitats y el desequilibrio ecológico

Este fenómeno es especialmente evidente en el Mediterráneo, que ha experimentado un incremento de temperatura de 1,4 grados centígrados en las últimas cuatro décadas. Sin embargo, el calentamiento global y la contaminación no son los únicos factores que favorecen la proliferación de las medusas.

El declive poblacional de los depredadores naturales de las medusas, como las tortugas marinas, los crustáceos, los atunes o los peces luna, a causa de la sobrepesca, y la contaminación orgánica en los océanos, favorece su reproducción. Óscar Esparza, coordinador de Áreas Marinas Protegidas de WWF, señala también el papel de las estructuras artificiales fijadas en el mar, como espigones, diques o plataformas, como zonas propicias para el desarrollo de las medusas.

Este biólogo marino sostiene que las actividades humanas y su impacto en los ecosistemas están alterando los hábitats y ocasionando desequilibrios. En este contexto, las medusas responden a ese desequilibrio, multiplicándose y apareciendo con mayor frecuencia en las playas.

Esparza advierte que las medidas puntuales, como la utilización de redes para crear zonas “libres” de medusas o la recogida de ejemplares en el agua, son meramente temporales y no abordan el origen del problema. En su opinión, es necesario atajar el problema de la sobrepesca, rebajar la contaminación y limitar las nuevas construcciones artificiales en las costas para mantener a raya a las medusas.

El papel de la ciencia y la necesidad de conservación

Para Martín-Borregón, es fundamental comprender mejor las consecuencias del cambio climático sobre los ecosistemas, y mejorar la vigilancia y monitoreo para tener una respuesta temprana del funcionamiento de las dinámicas de las poblaciones de medusas. Además, insiste en la importancia de reducir la huella de carbono en las actividades humanas para revertir los efectos del cambio climático y garantizar la supervivencia de las especies.

Las medusas son, en definitiva, el reflejo de la necesidad de conservación de los océanos, que regulan el clima, captan el CO2 de la atmósfera, lo fijan en las profundidades marinas, y producen oxígeno gracias al fitoplancton.

El incremento de la presencia de medusas en las costas españolas no es solo una molestia para los bañistas, sino una señal clara de que los ecosistemas marinos están sufriendo. ¿Hasta qué punto somos conscientes de la importancia de conservar y proteger nuestros océanos? ¿Estamos dispuestos a cambiar nuestro comportamiento y reducir nuestro impacto en el medio ambiente para asegurar la supervivencia de las especies marinas y la salud de nuestros océanos?