Condenada a 18 años de prisión una madre que mató a sus tres hijas en Nueva Zelanda

La mujer neozelandesa condenada a 18 años de prisión por el asesinato de sus tres hijas

Lauren Dickason, una madre de Nueva Zelanda, ha sido sentenciada a 18 años de prisión por el asesinato de sus tres hijas en el año 2021. “Acepto la responsabilidad de haber quitado del mundo a mis tres hermosas hijas”, afirmó Dickason en declaraciones a la prensa local.

La condena, que fue dictada por la Justicia de Nueva Zelanda, incluye un periodo inicial en un centro de salud mental, durante el cual Dickason estará bajo supervisión, de acuerdo con la información proporcionada por la AFP y citada por funcionarios del tribunal superior de Christchurch.

En una nota, Dickason admitió que “falló” a sus hijas y a su marido, quien regresó a Sudáfrica tras los trágicos hechos. “Me gustaría aprovechar esta oportunidad para transmitir el más profundo y sincero remordimiento por el dolor extremo que mis acciones causaron a mi familia”, manifestó.

El caso Dickason: una tragedia familiar

A pesar de la gravedad de sus acciones, Dickason logró eludir la cadena perpetua, que es la pena usual por asesinato en Nueva Zelanda. En agosto pasado, fue declarada culpable de los tres cargos, por haber asfixiado a sus gemelas Maya y Karla, de dos años, y a su hija mayor, Liane, de seis años.

Los hechos ocurrieron en septiembre de 2021, en su casa en Timaru, mientras su marido cenaba con unos amigos. Cuando él regresó, encontró los cuerpos de sus hijas. La familia acababa de mudarse a Nueva Zelanda desde Sudáfrica solo unas semanas antes del incidente.

Durante el juicio del año pasado, Dickason admitió haber matado a las niñas, pero alegó trastornos mentales provocados por el estrés de la mudanza. Según la ley de Nueva Zelanda, el infanticidio puede ser un motivo de defensa para una madre que mata a su hijo cuando, “en el momento del delito, el equilibrio de su mente estaba perturbado”.

Los medios locales reportan que la defensa de Dickason sostiene que una unidad de salud mental es el lugar más apropiado para ella. Esta sentencia representa un caso que ha conmocionado a la sociedad neozelandesa, y ha abierto un debate sobre la salud mental y la justicia penal en el país.